El próximo 15 de octubre será un día especial para la música de frontera. A unos pocos metros de la estación Central de Bruselas, en el Centro de Congresos, sonarán las notas del mestizaje europeo, las que resumen el contacto entre ciudadanos, artistas, de países que comparten territorios que sintetizan y conceptualizan, además, la historia musical del pasado. Entre esas actuaciones figura el proyecto Músicas da Raya, compartido por un zamorano, Luis Antonio Pedraza, y un portugués, un mirandés, Paulo Meirinhos. La ocasión no deja de ser también familiar: el treinta cumpleaños de actividad de los reconocibles Fondos Interreg.

Un aniversario que se cumple, precisamente, este año. Interreg fue una de las herramientas que se creó hace tres décadas como “instrumento de financiación dentro de la Política de Cohesión Europea para intensificar la cooperación territorial entre regiones localizadas en las fronteras internas y externas de la Unión Europea”. Al fin y al cabo, el proyecto que desarrollan Pedraza y Meirinhos desde hace un par de años no deja de ser una metáfora sonora de dicho programa: poner notas a las fronteras interiores y exteriores.

Largo camino

El camino de Músicas da Raya hasta el corazón de Europa viene impulsado por la Junta de Castilla y León a través de diversas iniciativas. El dúo transfronterizo ha puesto en práctica diversos conciertos con vocación didáctica a través de citas como NorCyl o CenCyl este mismo año. Ahora es la Dirección General de Acción Exterior de la Junta la que catapulta al grupo a esta cita tan simbólica, a la que también están invitados músicos de Letonia, Lituania, Bielorrusia, Francia, Bélgica, Alemania, Países Bajos… y España.

Lo cierto es que el viaje quizá suponga la madurez de un proyecto pequeño que ha ido creciendo y cuyas canciones darían ya para algo más que un disco. Cuando Pedraza y Meirinhos se conocieron y comenzaron a compartir el sonido de sus instrumentos, se dieron cuenta de que las melodías de La Raya eran semejantes, y que las canciones de España y Portugal únicamente variaban en las letras, los idiomas. Pero la sintonía común ya existía.

Canciones de las comarcas de Aliste, Sayago o Tras os Montes que contaban con una ventana, la destreza de dos músicos polifacéticos que suelen hacer sonar casi todo. En el caso de Paulo Meirinhos, además, con la capacidad de construir sus propios instrumentos… incluso en el desarrollo de un concierto. Como por arte de magia.

Así es como las canciones “rayanas” han ido sonando en espacios variopintos: desde el salón de un bar de pueblo a la nave de la iglesia monacal de San Martín de Castañeda, dejando una sensación de música tan desconocida como genuinamente familiar.

UNA CITA PARA 300 PERSONAS QUE TAMBIÉN SERÁ VIRTUAL

Los organizadores de la cita, que forma parte de un programa más amplio para conmemorar las tres décadas de Interreg, ya se han puesto en contacto con los músicos para preparar el desembarco y la actuación. El concierto será presenciado en el Salón Dorado del Centro de Congresos por un aforo máximo de 300 personas, y a la vez difundido en vídeo de forma virtual. En Bruselas no son ajenos, como es obvio, a todas las precauciones que ordena la actual pandemia.

Allí se encontrarán con otros intérpretes con los que combinar y mezclar sus “músicas de frontera”. Porque Músicas da Raya compartirá escenario con Daugavpils Accordion Orchestra Café, De mar a mar, Euregio Saxophone Orchestra y Zweierpasch. Una ocasión también “dorada” para contrastar cómo otros músicos en diferentes puntos del continente atesoran la esencia de las fronteras. Habitualmente se suele decir que los vecinos de las zonas comunes no entienden de límites. Y esa idea es la que, de alguna forma, interpretarán los músicos seleccionados para esta simbólica cita.