Los delitos informáticos de tipo económico se han incrementado desde enero en más de un 25% respecto de los seis meses del año anterior, con estafas de cantidades inferiores a los 400 euros, según indica el subdelegado del Gobierno central en Zamora, Ángel Blanco, quien insta a la ciudadanía a que extreme las precauciones y sea cauta a la hora de facilitar datos de forma telemática, por Internet, o a interlocutores desconocidos.

Enero, febrero, junio y julio han sido los meses en los que se registró un mayor número de denuncias, frente a los de marzo, abril y mayo en los que los ciberdelincuentes estuvieron menos activos. El confinamiento y las restricciones de movilidad pudieron tener relación con esa disminución de estafas por Internet.

Entre estos delitos se encuentran las estafas con tarjetas, en los que el delincuente que se hace con los datos del titular de una cuenta bancaria realiza cargos a la tarjeta sin el conocimiento del perjudicado, que los facilitado convencido de que es su entidad bancaria la que se los solicitaba. Otro de los engaños se producen cuando el delincuente consigue convencer al titular de una cuenta para que le entregue alguna cantidad de dinero.

En la mayoría de las estafas con tarjeta el ciberdelincuente utiliza el método conocido como “phising”, mediante el cual consigue los datos, claves y contraseñas del titular de la cuenta asociada a la tarjeta a través de correos electrónicos en los que se solicitan datos haciéndose pasar por la entidad bancaria o realizando alguna oferta de un producto. El estafador acude también a las llamadas telefónicas para engañar.

Por lo que respecta a las denuncias por violencia de género, Blanco indica que incrementaron tras el confinamiento, en las últimas semanas en Zamora, y que buena parte de esos casos tuvieron lugar en Benavente. El subdelegado hacía especial hincapié en que “cada vez sea mayor el número de mujeres que se decide” a acudir a la Policía Nacional o Guardia Civil para actuar contra sus maltratadores, mientras calificaba como “durísimo para muchas mujeres” los tres meses de confinamiento por el COVID-19, cuando tuvieron que “convivir las 24 horas del día con sus agresores”.

Se refirió a tres de los últimos casos de violencia machista en la provincia que ejemplifican que las víctimas de este tipo de delitos no responden a un perfil determinado, como tampoco el maltratador. Entre ellos, relató la denuncia de una mujer de 70 años que llevaba 50 soportando la violencia física y psicológica a la que le sometía su marido de 74 años.