El uso de mascarillas es obligatorio ya en casi todo el país. Junto con los productos recomendables para parar el virus como los guantes y las pantallas protectoras, una vez utilizados se convierten en residuos de plástico que hay que desechar correctamente. Tanto guantes como mascarillas deben ir a al cubo gris, el de restos, nunca al amarillo. La pandemia ha generado una utilización masiva de estos productos, que son de “usar y tirar” y que salvan vidas además de frenar la propagación del coronavirus.

Para hacernos una idea solo en Zamora, suponiendo que cada ciudadano mayor de seis años utilizase una mascarilla desechable al día, la ciudad estaría cerca de, aproximadamente, acumular 5 millones de este tipo de material al mes. Si tan solo una de ellas acaba en un espacio natural tardaría unos 400 años en descomponerse. Por su parte, los guantes elaborados a base de nitrilo o vinilo no son biodegradables, mientras que los de látex, aunque sí resultan biodegradables, requieren unos 30 años para su descomposición.

Estos datos podrían verse incrementados por la llegada de turistas en periodo estival. Si no se eliminan adecuadamente, muchas podrían acabar contaminando la ciudad, los pueblos, los ríos y los mares. La utilización de guantes en diversos locales de consumo de alimentos hace más grande la montaña de plástico que se está creando, así como también, la preferencia de los consumidores de llevar una bolsa de este material en vez del uso de una bolsa de tela, o el típico carrito, por miedo a que el virus pueda quedar inmerso en ellas.

Cubrebocas y guantes de un solo uso son abandonados cada vez más en la vía publica perjudicando así al medio ambiente y pudiendo favorecer la propagación del virus.

Desde el Consorcio de Residuos Urbanos de Zamora explican que las mascarillas y los guantes no tienen un ciclo propio de reciclaje y que “deben ir siempre al contenedor de restos, nunca al contenedor amarillo”. En el caso de que alguna persona esté contagiada reiteran que “cualquier elemento infectado tiene que ir dentro de una bolsa de plástico, y esta dentro de otra, creando así una doble capa protectora que evita cualquier tipo de riesgo de propagación.”

Para cuidarnos a nosotros mismos y al medio ambiente, Ángel Encinas, coordinador de Ecologistas en Acción, propone que los ciudadanos “utilicen las mascarillas desechables que sean necesarias en lugares donde el virus se pueda propagar mas fácilmente”, como en reuniones familiares o de amigos, lugares de ocio o espacios cerrados. Sin embargo, prosigue Encinas, “hay mascarillas que son de tela y reutilizables y en las cuales puedes introducir un filtro. Éstas serían las ideales para el día al día”, por ejemplo si tienes que ir a la farmacia o vas a dar un paseo. “En general, los ciudadanos están muy comprometidos con el medio ambiente y con la protección mutua, sobre todo, entre los mayores”, porque entienden la gravedad del asunto. Por último, afirma que son pocos los que realizan esta mala acción aunque “alguna que otra” mascarilla sí que se ve por la calle.