Desde el 1 de agosto de 1920, el mundo ha cambiado de tal modo que sería prácticamente irreconocible para una persona de aquel tiempo que viajara hasta nuestros días. Para Laura, sin embargo, todo ha sido fruto de una evolución que ella ha acompañado desde que nació en un pueblo de Orense. De allí conserva el acento gallego, a pesar de llevar media vida en Zamora, donde espera celebrar, cuando la crisis sanitaria lo permita, sus 100 años. O ya los 101. Así lo desea toda su familia.