Molinos, ingenios vinculados al agua y pesquerías formaban parte del equipamiento básico en la fundación de los monasterios cistercienses de Zamora y su donación o compra se convirtió en prioritaria durante el medievo “no solo para la obtención de alimentos, sino también para el control efectivo del territorio”.

Es una de las conclusiones del estudio “Ingenios hidráulicos cistercienses en la provincia de Zamora, tipología y evolución”, un trabajo de Hortensia Larrén, Fernando Miguel y Luis Pichel que identifica y documenta una docena de estos molinos vinculados a los monasterios de Moreruela, Valparaíso y San Martín de Castañeda.

Según explican los autores en la introducción del trabajo editado en el tomo III de la publicación “Císter, Espiritualidades Agricultura e Industria Turismo Cultural” de la Asociación de Amigos del Monasterio de Albobaca en Portugal, “en la frontera con los reinos castellano y portugués, el monasterio de Claraval fundó los monasterios de Moreruela y Valparaíso, aprovechando el impulso renovador de unas pequeñas comunidades de monjes ermitaños, asentados en las fértiles llanuras del valle del río Duero, hacia los años centrales del siglo XII. En el extremo noroccidental montañoso, en el límite entre Castilla, Galicia y Portugal, Moreruela afilió, además, a un viejo monasterio altomedieval que mantuvo su nombre primitivo de San Martín de Castañeda”. Describen además otro monasterio, Santa Colomba de las Monjas, fundado por el leonés de Santa María de Gradefes, bajo vigilancia del abad de Moreruela, del que conserva poca documentación.

El agua de ríos, arroyos o fuentes dentro de cada coto monástico era fundamental para garantizar “su autonomía económica y el abastecimiento de agua para el consumo, para el riego de sus huertas o el movimiento de sus artilugios hidráulicos, como los molinos y batanes, y para la obtención de sus recursos piscícolas por medio de las pesquerías”.

“La toponimia conservada registra la presencia de estos artilugios desde sus orígenes”, pero crecidas, estiajes, desamortizaciones y el paso del tiempo han provocado que de muchos de ellos solo queden vestigios que precisan la intervención de los arqueólogos para que salgan a la luz.

Monasterio de Moreruela

El río Esla constituye la arteria vertebradora de los molinos y pesquerías pertenecientes a la comunidad de Moreruela. “En total se veían, hasta hace unos años, cinco conjuntos hidráulicos situados en ambas márgenes; todos ellos con evidentes e importantes reformas y reparaciones”. Las situadas más al norte son las Aceñas del Hoyo, en Bretó de la Ribera, donde también hubo un priorato. Desde el año 1222 están documentados dos molinos. A pocos metros de estas aceñas se documentan las Casas del Hoyo o del Priorato, hoy en estado ruinoso.

A cinco kilómetros aguas abajo del anterior, bajo el actual Puente Quintos, se localiza un conjunto hidráulico excepcional formado por un puente y una pesquería conocidos como Cañal y Pesquería del Puente en el término de Santa Eulalia de Tábara. El siguiente conjunto aguas abajo son las Aceñas de San Andrés. En el dominio más inmediato al monasterio se encontraba la aceña de los Frailes o Balmayor, en Santa Eulalia de Tábara. El estudio menciona también la Aceña de Quintos o Pisón de Quintos, aunque en este caso no está demostrada su vinculación con el monasterio.

Monasterio de Valparaíso

Dependientes del Monasterio de Valparaíso el estudio documenta el Molino de Entrambasaguas en el arroyo Talanda a kilómetro y medio de El Piñero. También las aceñas de Granja Florencia, en el término de Toro, pero a medio camino entre la ciudad y la capital, fundadas a finales del siglo XIII.

A un kilómetro del propio monasterio refundado por Alfonso IX poco antes de 1230, donde se trasladó la primitiva comunidad asentada en el lugar de Belofonte hacia 1143 se encuentran los restos del molino, hoy enmascarado en una construcción destinada a vivienda de recreo y del que se conserva el caz (canal para recoger el agua) y el cubo cilíndrico por donde caía, ya que era un molino de cubo.

San Martín de Castañeda

En el caso del monasterio de San Martín de Castañeda son fundamentales el Lago de Sanabria, el río Tera y sus afluentes. Es de origen mozárabe, con evolución primero benedictina (refundación en 1150) y luego cisterciense, desde 1245. Es esta una zona abundante el molinos y de hecho un mapa militar de 1753 describe nada menos que 40. El estudio identifica varios de los denominados de rodezno, de actividad estacional y arquitectura popular. Y se centra solo “en los que se encuentran dentro del que fue el coto primitivo en la alta Edad Media; es decir, los existentes en los términos municipales de San Ciprián, Vigo, Trefacio, Cerdillo, Ribadelago, Pedrazales, Murias, Coso y el propio San Martín de Castañeda” localidades que incluso cuentan con varios de estos molinos.