La diócesis de Zamora rendirá el sábado su particular homenaje a las víctimas de la pandemia del coronavirus y su máximo responsable en Zamora, el administrador diocesano José Francisco Matías Sampedro ha difundido, además, un mensaje para que los ciudadanos apoyen a sus convecinos en esta difícil situación de crisis económica y social provocada por el COVID-19.

El administrador diocesano, José Francisco Matías, presidirá, el sábado 25 de julio a las 20.00 horas en la Catedral, la eucaristía en recuerdo por las personas afectadas por la pandemia. Se trata de una celebración auspiciada por la Conferencia Episcopal Española que ha marcado el día 26 de julio, festividad de san Joaquín y Santa Ana, como la Jornada de Afectados por la Pandemia, indicó el Obispado a través de un comunicado hecho público ayer.

El administrador diocesano invita a la comunidad cristiana a participar en la eucaristía que pretende ser “un recuerdo y oración por los fallecidos”.

Pero además, Matías Sampedro ha querido ir un paso más allá y ha pedido el compromiso de los cristianos con las personas que más se han expuesto en la lucha contra la enfermedad y quienes han sufrido en sus carnes las consecuencias de la patología.

“Una palabra de aliento a los enfermos, un reconocimiento a la labor de tantas personas en estas situaciones difíciles, un agradecimiento a los mayores y una llamada al compromiso ante la crisis social y económica provocada por la pandemia y el confinamiento”, explica el administrador diocesano en la carta enviada “a todas las realidades que forman la iglesia zamorana”.

Se trata de una invitación que se ha extendido también a las autoridades civiles de Zamora.

La eucaristía se celebrará el próximo sábado, 25 de julio en la Catedral de Zamora, con absoluto respeto a las medidas sanitarias y de seguridad marcadas por la autoridad competente, que incluyen accesos con gel hidroalcohólico y mantenimiento de la distancia social entre los fieles que acudan a la celebración religiosa del fin de semana.

EL OBISPADO APORTó 50.000 EUROS PARA LA CREACIóN DE UN FONDO SOCIAL

La preocupación del Obispado por la crisis económica y social provocada por la pandemia del coronavirus y las medidas de confinamiento que fue necesario tomar no es nueva, y se viene reflejando en distintas iniciativas. Entre ellas la creación de un Fondo Social, el pasado mes de mayo, con el fin de recoger aportaciones con destino a la atención de las personas que más estén sufriendo las consecuencias de la pandemia, que contó con una aportación de 50.000 euros por parte del Obispado. Un reparto de ayuda que se hace llegar a las personas que lo necesitan “fundamentalmente, a través de Cáritas Diocesana, bien directamente, o por medio de las Cáritas parroquiales, arciprestales o de las unidades pastorales, y de la propia gestión del fondo”. La actuación se llevó a cabo ante el aumento de las necesidades más básicas para miles de familias de Zamora. El fondo consiste en la recepción de aportaciones en dos cuentas abiertas, en Caja Rural de Zamora y UnicajaBanco con los que atender las necesidades sociales de las personas más castigadas por la crisis del coronavirus.