David Movilla dio ayer por cerrados tres años en el Zamora CF, con un balance deportivo muy positivo y es que, a pesar de que esta temporada las cosas no han funcionado, no se puede negar que el técnico rojiblanco ha sido una figura importante para la historia del club rojiblanco, aunque también ha tenido sus sombras. Fue el 21 de octubre de 2018 cuando David Movilla dirigió su primer encuentro como entrenador del Zamora CF. Fue ante la Arandina, con marcador de 1-0 y gol de Asiel. Resultó un buen estreno que se produjo semanas después de la destitución de Carlos Tornadijo, y es que, desde ese cese hasta la llegada de Movilla, fue Fabio Nevado quien hizo de entrenador interino. Desde ese instante, desde que subió por primera vez las escaleras del Ruta de la Plata, Movilla fue ganando poder y peso en un club que confió plenamente en él y en su método. Bajo el lema archiconocido ya “Ubuntu”, los resultados llegaban y se cumplió con el objetivo (o reto como le gusta nombrarlo a él): entrar en el play-off de ascenso a Segunda División B. Sin embargo, ahí se falló.

David Movilla camina hacia el Francisco de la Hera, en el play off de ascenso a Segunda A. | Emilio Fraile

Primero se perdió la eliminatoria frente al Haro y en la repesca tampoco se superó al Alcobendas, dejando en el aire su puesto en el banquillo. Sin embargo, no hubo tiempo para las dudas y en esa misma rueda de prensa post partido, el presidente del Zamora CF, Víctor de Aldama, alzaba la voz para asegurar que Movilla continuaría al frente del vestuario.

Los jugadores celebran con Movilla el ascenso a Segunda B. José Luis Fernández

Dicho y hecho. Llegó la temporada 19-20 y no se podía fallar. Números de récord, liderato indiscutible en Tercera División y así se llegó al parón mundial por la pandemia del COVID-19. Era marzo de 2020, y las incógnitas sobre qué pasaría con el play-off de ascenso eran una realidad, pero al final Luis Rubiales, presidente de la RFEF decidió que se disputarían en sede única. Semifinal contra el Numancia B, y final ante la Gimnástica Segoviana en La Balastera (Palencia) donde se volvió a demostrar la misma superioridad que en la Liga y supuso el ansiado regreso del Zamora CF a la Segunda División B. A partir de ahí se abrió una nueva etapa con el regreso a la categoría de bronce del fútbol español. Con Movilla al frente se apostó por la renovación del grueso de la plantilla y se acertó. En una campaña 20-21 muy especial por el cambio de formato, el Zamora CF se hizo fuerte. Tanto que se superó cualquier expectativa al asegurarse la presencia en Primera RFEF y, además clasificarse para el play-off de ascenso a Segunda División A. Fue en mayo de 2021 cuando se pudo ver al Movilla más líder. El proyecto del que él era el “gran capitán” desembarcaba en Almendralejo pero ahí, no pudo ser y el equipo fue superado por el favorito de la eliminatoria, el CD Badajoz.

Villafañe y Movilla, en la presentación del técnico en 2018. | J. F.

Desde que se dijo adiós a la opción del fútbol profesional, se comenzó a preparar un equipo en el que esta vez no se apostó por la renovación de futbolistas. Era la Primera RFEF, tercera categoría del fútbol español, pero con un nivel mucho más alto. El equipo pagó desde pretemporada esa falta de acoplamiento, quizá lógica en plantillas tan nuevas, pero con el paso de las jornadas y los meses tampoco se ha reconducido esta situación. La crisis de resultados y de juego era una realidad que tuvo como último episodio la derrota ante el Racing de Santander de este pasado domingo. Lo cierto es que, aunque siempre se dijo que el margen de Movilla era infinito, esa derrota propició el adiós de David Movilla que ya es historia del Zamora CF.