Abel Conejo se convirtió ayer en el segundo refuerzo del Zamora CF de cara a la nueva e ilusionante temporada del primer equipo rojiblanco en Segunda División B. Un fichaje llamado a dotar de más garantías y alternativas la medular rojiblanca, donde David Movilla siempre ha contado con un buen ramillete de opciones.

Apenas dos días después de anunciar la contratación de Omar Monterde, el Zamora presentaba una nueva cara para su proyecto. Una conocida para la plantilla y los aficionados, ya que Abel Conejo ha ejercido como rival de los rojiblancos la pasada campaña en las filas del Numancia B. Sin ir más lejos, el jugador fue de los más destacados dentro del conjunto soriano en la primera eliminatoria del play-off de ascenso.

En el filial numantino, Conejo ha hecho gala de las cualidades que está llamado a aportar en el Zamora CF. Capacidad física, buen posicionamiento, calidad técnica y entendimiento del juego. Aspectos que definen a un futbolista capaz de defender y colaborar ofensivamente desde el eje central. Argumentos que desarrolló en la cantera del Real Valladolid para, tras un paso por el Atlético Tordesillas, explotarlos en el CD Numancia. Club que cambia por el Zamora CF tras debutar en Segunda el pasado mes de julio, en el duelo entre los numantinos y el SD Huesca.

Con apenas 22 años, Conejo es una apuesta de futuro para el equipo de Movilla. Un jugador con hambre, capaz de añadir talento para la lucha por la permanencia del bloque zamorano.