Relajado por el objetivo cumplido pero ya con la mente en lo que le espera en la temporada 2020-21 con una Segunda B con cuatro posibles finales y el hándicap de ser de los últimos en comenzar la planificación. David Movilla analiza no solo este último año sino lo ocurrido en el anterior play-off, una eliminatoria que admite le tocó el orgullo pero de la que todos han aprendido y han salido fortalecidos.

–¿En qué momento da por finalizada la celebración y se pone en modo Segunda B?

–Lo que es la celebración propia fue el sábado por la noche con el equipo, el domingo hicimos una cena y el lunes estuvimos en una capea. Más que una celebración fue una despedida, que la hubiésemos hecho igual si no hubiéramos ascendido. Más que la celebración es el orgullo y la satisfacción que siento del trabajo que hemos realizado todo el cuerpo técnico y todo el club. No es una celebración como tal, para mí el festejo es toda la temporada, no festejar solo el ascenso, es festejar todos los momentos que hemos vivido. Y respondiendo a la pregunta, ya es el lunes cuando estoy trabajando. Por la mañana nos pusimos a planificar un borrador para hablar con los jugadores y decirles nuestra idea de inicio, planificar los contenidos…

–Volvemos a Palencia, a La Nueva Balastera. ¿Cuándo, siendo sincero, se dio cuenta de que estaba hecho?

–Al final. Estaba súper conectado con el partido. He visto cosas muy raras en el fútbol. No soy de celebrar nunca, de hecho a veces hay goles que ni celebro y luego me doy cuenta en las imágenes y es porque estoy muy conectado con el partido, con algún cambio, con alguna situación que va a variar… Realmente cuando fluyo en el partido no soy de pensar en las consecuencias de una derrota ni en las de una victoria hasta el final.

–Desde arriba, desde la cabina, la sensación era de una superioridad del Zamora CF clara, ¿lo percibió así?

–Si hubiera estado en la tribuna, sin formar parte activa del juego, es posible que tuviera esa misma idea, pero cuando estás tan metido en el partido sabes que en el fútbol una circunstancia, un gol, una falta, una expulsión… te cambia la dinámica. Por lo tanto, tu nivel de conexión no te permite valorar si estamos siendo superiores si no qué elementos de mejora hay, cómo puede cambiar el partido o cómo evitar que cambie el partido. Por las circunstancias actuales del play-off, más el confinamiento, que no hubiera público… si ya los partidos de fútbol son diferentes partidos en uno, ahora con las pausas de hidratación más las cinco sustituciones, los partidos suelen cambiar de dirección con mayor asiduidad. Entonces teníamos previstos varios tipos de partidos al final del encuentro, en base al resultado o circunstancias, y se dio todo menos una situación de las que teníamos previstas. Estaba muy conectado con el partido.

–Los suplentes desde la grada sí vieron que la situación fluía en buena dirección.

–Visualizamos cuál era el partido idóneo. El cuerpo técnico hizo un trabajo espectacular analizando todos los goles marcados en Tercera y Segunda B, en los play-off, en qué circunstancias. Y ese análisis más los nuestros del partido contra el Numancia, el Segoviana-Arandina, y sobre todo Segoviana-Zamora CF, nos hizo visualizar el tipo de partido que nos convenía jugar. También fuimos capaces, y ahí estoy agradecido a los jugadores, de crear la energía idónea. Se vio el nivel de entusiasmo de los suplentes en la grada. Contagiaron los del campo a los del banquillo y los del banquillo a los del campo, y generamos una energía tremendamente positiva para que se diera lo que se dio en el partido. Luego las circunstancias del juego estaban todas previstas, salvo la lesión de Coque.

–Termina el partido, empieza la celebración y baja a sala de prensa con un primer discurso en el que no se olvida de nada, ni de situaciones pasadas ni de las críticas recibidas.

–Fue una pregunta sobre qué sentía o de quién me acordaba en esos momentos. Puedo omitir pero no mentir, y ahí fui sincero. Yo lo he pasado muy mal cuando estuve 19 meses en paro. Para mí esto es mi vocación desde niño y no pude ejercer un tiempo por dos personas que se empeñaron en acabar con mi carrera y eso lo tengo muy presente. Fueron meses muy duros en los que tuve entrevistas de trabajo con clubes de renombre en Segunda B y pasado en el fútbol profesional que tenían interés en mí, pero hubo quien actuó para que no me contrataran, desprestigiándome continuamente, independientemente de los cuatros jueces que me habían dado la razón. Cuando pasas por esos meses en los que ves que no vas a volver a entrenar en el fútbol profesional o semiprofesional pues ya te planeas otro futuro porque tenía que comer.

–Y llegó el Zamora CF

–Sí. César (Villafañe), a pesar de todas esas palabras malas sobre mí que desde Barakaldo pretendían que llegaran a todos los clubes que se interesaban en mí, se puso en contacto conmigo, tuvimos una entrevista y congeniamos. Me llegó esta oportunidad, aunque sí es cierto que tuve alguna otra de Segunda B. De hecho, a los tres meses de estar aquí tuve tres ofertas de Segunda B y a los seis meses, otra. Es curioso que después de 19 meses sin llamarme nadie, salvo una opción de Segunda B a final de temporada que no me interesó, a los tres meses de estar aquí empezaran a llegar.

–Eso pasa, incluso fuera del fútbol.

–Sí. Es curioso. Y alguna opción interesante, pero me había comprometido aquí y les dije que no iba a dejar tirado al Zamora. Mi palabra va a misa. Pero sí pensé dónde habían estado esos 19 meses y en ese momento que estaba ya en Zamora, fue en Navidad, me llamó la atención. Las circunstancias de la vida.

–Volvemos a la temporada, ha sido un año duro pero la superioridad del Zamora CF era incontestable. ¿Cómo lo ha vivido?

–En el día a día no lo he visto de esa manera. He estado tan conectado con el siguiente partido que no pensaba ni en los récords, ni me paraba a pensar lo que estábamos haciendo y creo que los jugadores muy poco. Sí es verdad que ahora miras para atrás y piensas que ha sido una temporada casi perfecta en cuanto a resultados, pero sobre todo extraordinaria en todo el proceso. Yo he disfrutado cada día, igual que el año pasado, aunque en ese momento no tuvimos el final deseado.

–En una temporada tan buena, ¿no sobraron ciertas polémicas como el enfrentamiento con la Federación de Castilla y León por los convocados a la selección UEFA, estar sin hablar más de cuatro meses o aislar a los jugadores?

–A nivel institucional desconozco cosas, pero a nivel deportivo sí sé que las personas responsables, tanto César como Víctor (De Aldama) han defendido los intereses del Zamora. Yo como entrenador defiendo al Zamora y mi compromiso es con el club. A partir de ahí, si los intereses del Zamora contravienen los de la Federación, entre los dos soy del Zamora CF aunque luego deseo lo mejor a la Federación.

–¿Por qué estuvo más de cuatro meses sin hablar?

–El fútbol no genera tanto sin partidos como para estar cuatro meses dando noticias. No había contenido. Yo os puedo entender pero siempre he priorizado los intereses del Zamora, en este caso los intereses deportivos. Si ya en un play-off la energía y lo que se genera aquí no es positivo para el rendimiento deportivo de los jugadores, en un play-off que dura cuatro meses menos porque imagina lo que podría generar. Hemos tratado de generar la energía adecuada para que los futbolistas estuvieran centrados en su cometido y hablaran dentro del campo. A ellos se les comentó, se les explicó y lo entendieron, incluso alguno que al principio discrepaba, me transmitió después que teníamos la razón cuando les argumentamos todos los motivos.

–Da la impresión, con todas esas decisiones, que lo ocurrido en Haro, esa eliminación, hizo mucho daño

–Más que daño, yo lo he tenido presente porque fue una oportunidad importante para el club, como los siete play-off de los últimos 21 años. No nos acercamos a nuestra mejor versión y no fue ni por alineación, ni por estrategia operativa ni por todas estas vainas que se han dicho.

–¿Por qué fue?

–No voy a entrar en eso. Las personas no quieren saber la verdad, quieren tener razón. Anteponen tener la razón a saber la verdad. La gente ya se ha hecho una idea de lo que pasó en Haro, es más, más que hacerse una idea desde Haro necesitan buscar un culpable. A partir de ahí cualquier tipo de argumentación va a sonar a justificación, y como va a chocar con ese pensamiento que muchos tienen digerido desde hace un año y no va a ir en consonancia con la culpabilidad que hemos buscado, no la van a aceptar. Yo no me pego ya para hacer cambiar de opinión a la gente, acepto que he sido el culpable y ya está.

–¿Por qué todo el mundo habla de Haro y nadie de Alcobendas?

–Cierto, pero seguramente porque después de Alcobendas hacía falta otra eliminatoria. Pero eso habría que preguntárselo a quien habla más de Haro que de Alcobendas. Mi reflexión ha sido de toda la eliminatoria, he analizado mucho aquello y de hecho ha sido nuestra fortaleza en este play-off. Nuestras debilidades en Haro y en Alcobendas han sido nuestra fortaleza ahora. Cuando hemos llegado a este play-off, mis pensamientos no eran minimizar lo que nos limitó en Haro, sino que fuera nuestra fuerza, y lo hemos conseguido. A los jugadores les comenté que una vez que ascendiéramos les diría, si querían, por qué no ascendimos el año pasado. Solo les dije un motivo antes del play-off, que era necesario, pero los otros dos no se los he llegado a decir.

–¿Qué motivo les dio?

–Es lo de menos. Lo importante era analizar los motivos reales, no los culpables, para que cuando se diera otra oportunidad, no fallar. Yo he tenido 439 días eso muy dentro.

–Eso le ha afectado mucho

–Yo soy orgulloso, ese es mi mayor defecto. Pero en el ámbito deportivo puede ser una virtud. En el personal, era más antes pero ahora lo estoy trabajando pero en el ámbito deportivo lo veo virtud. A mí lo de Haro me tocó el orgullo. Soy muy competitivo.

–¿El problema pudo ser que se dio por hecho el ascenso?

–Esa fue una clave, no dentro del equipo, pero sí perjudicó, y yo fui consciente de aquello. Uno de los tres motivos fue ese. Aquí, se pasa de la euforia al drama en un momento, y al revés.

–Pero el fútbol es así.

–Aquí se acentúa todo. El fútbol es así, estoy de acuerdo. La sociedad es así, estoy de acuerdo, pero aquí es más acentuado. La energía que vibró en el vestuario en esas semanas era que estaba hecho y yo por mucho que trabajé eso, no fui capaz porque solo pasaba 2 o 3 horas con ellos. Pero no quiero que suene a justificación porque cualquier argumento en palabras de un perdedor suena a justificación. Cuando perdemos ahí, dije “culpable yo” porque era lo que se buscaba.

–Pero después de todo, llega la renovación y la confianza absoluta en plena rueda de plena.

–A nivel personal agradecí mucho eso, pero yo, aunque soy impulsivo, soy racional. Le dije (a Víctor) que mejor nos sentábamos a hablar para digerir todas las emociones y tomar la decisión de seguir o no en base a lo que pienso y siento.

–Antes de este segundo play-off también se le renueva.

–Es que yo por parte del club he notado confianza en todo momento. En momentos de adversidad he notado confianza en el proceso, en el método, no solo en los resultados, y eso lo he percibido. Cuando me transmiten la idea de la renovación yo estaba en un momento de ruido en la cabeza porque tenía varias cosas y siempre lo posponía porque lo primero era Zamora. Era un riesgo porque a estas fechas un entrenador que no tiene equipo se queda fuera pero me la juego. A todos los clubes que me tocaron les dije que hasta que no acabara con Zamora no me iba a comprometer con nadie porque lo primero es donde estoy. Varios clubes aprietan y pospongo pero lo tenía en la cabeza. César Villafañe también me transmite la idea de renovar y nos sentamos. Yo no quería llegar a las dos semanas de play-off con ese ruido en la cabeza porque quería estar centrado y eso es porque se anuncia antes. Ellos tenían interés, y me quería en Tercera o Segunda B, y yo estoy muy comprometido con este proyecto y apuesto por ello, independientemente de la categoría, como ellos conmigo. El motivo fue tener los cinco sentidos en el play-off. Por parte del club, lo tenían claro, y yo quería saber si contaban conmigo.

–Vamos al presente, 17 continuidades.

–César hizo una buena gestión con renovaciones automáticas y una serie de cláusulas cuando tuvimos que prolongar los contratos en julio, y eso sirvió para que todos tuvieran los cinco sentidos en el play-off,

–¿Qué equipo tiene en mente para la próxima temporada?

–La esencia es lo que somos. El mayor refuerzo para la temporada que viene son los que siguen. Los que vengan van a complementar ese bloque, ese grupo humano que tenemos Que nadie piense que va a venir ningún salvador a dar un salto de calidad al equipo. Van a venir a complementar el buen desarrollo personal y profesional que tienen estos chavales y vamos a tratar que nuestra fortaleza sea, como ese año, el vínculo, el propósito compartido y el sentimiento de pertenencia que se ha generado ahí dentro.

–¿Hay acuerdos ya?

–Hay movimientos, pero es una pregunta más para César Villafañe. Hay cosas, pero hasta que no se produce la firma puede haber sorpresas. Hay jugadores avanzados pero se harán oficiales cuando se estampe la firma. 

-Nueva Segunda B, cuatro finales, ¿a qué se puede aspirar?

-Al igual que soy ambicioso, soy del día a día. Vamos a aspirar a construir la misma esencia, la misma identidad de equipo que hemos tenido estos dos años. Consiguiendo eso, seguro que nos vamos a acercar a nuestra mejor versión, pero sabiendo que la dificultad es máxima. Partimos con la guillotina en el cuello por las circunstancia porque hay clubes que llevan desde mayo planificando, fichando y nosotros llegamos a este mercado en las fechas que llegamos, en estas circunstancias y recién ascendidos.  

-La nueva Segunda B PRO llama la atención y es que lo contrario, seguir en Segunda B, sería un descenso encubierto porque meten una categoría por arriba.

-Estás más lejos del futbol profesional. Pero hay que saber que hay 100 equipos en Segunda B, y de esos hay 10, 12, 15 que tendrán como objetivo la Segunda A, y dentro de ese grupo otros tienen como objetivo mínimo la PRO. Todos los demás no veo ninguno que no hable de la PRO. Hay que tener en cuenta que somos recién ascendidos, empezamos en agosto… Mi ambición, mi sueño no es la PRO, es la A, pero estaríamos engañando a la gente. En las circunstancias actuales me parece quimera hablar de la Segunda B PRO pero eso no quiere decir que no vayamos a aspirar a lo máximo pero hablar de ello sin saber ni siquiera la configuración de los grupos es otra quimera más. ¿Con quién nos vamos a enfrentar? Imagina, que no va a ser así, que es Castilla y León con Salamanca, Cultural Leonesa, Valladolid promesas, Numancia, Burgos… hablar de Segunda B PRO nos llamarían locos. Eso no es ecuánime, lo que sí lo es construir una señas de identidad fuertes donde este equipo compita con cierta rebeldía, descaro y defender este escudo con honor. Eso seguro. ¿Dónde nos van a poner las circunstancias? No sé, más que hablar de donde queremos llegar es qué queremos construir y la consecuencia será donde lleguemos.

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