Han pasado ya varios días pero Sergio García, al igual que todos sus compañeros, sigue disfrutando del ansiado ascenso a Segunda División B aunque el propio zamorano, autor del segundo gol frente a la Gimnástica Segoviana (2-1), reconocía que había sido una celebración atípica. “No ha podido ser con la afición y hemos hecho lo que se ha podido, aunque sí es verdad que han sido varios días de celebración”, admitía el delantero al que todavía le queda tiempo por delante para disfrutar. La realidad es que este equipo, tras el fallo ante Haro y Alcobendas en la temporada pasada, tenía una espinita clavada, algo de lo que ya habló Dani Hernández nada más lograr el salto de categoría en la sala de prensa de La Nueva Balastera, y ahora los jugadores han podido saborear las mieles que el fútbol les negó en 2019.

El poso de los días también permite una reflexión más sosegada de todo lo ocurrido, pero Sergio García dejó claro que, aunque pudiera parecerlo, no fue sencillo. “Fácil no ha sido, pero el equipo tenía un nivel de concienciación muy alto, estábamos muy convencidos de que lo íbamos a hacer, y eso nos ha ayudado mucho”, comentó el rojiblanco que, junto con el grueso de la plantilla (un total de 17 jugadores), ya tiene confirmada la continuidad en el equipo.

Echando la vista atrás, el futbolista también admite que “este equipo en Tercera División era imparable”. “Si estábamos bien, era difícil echarnos mano y desde el primer momento en el play-off fuimos superiores. Lo vi desde el minuto 1 en la grada”, recordó el zamorano y es que en ambos encuentros comenzó desde el banquillo o, mejor dicho, desde la grada que es donde estaban situados los reservas.

De hecho, tras salir en el segundo tiempo y marcar el gol con el que “mató” el encuentro en la gran final del play-off, Sergio volvió a ser sustituido, un plan que asegura tenía previsto el entrenador. “El míster contaba con la Segoviana se volcara al ataque en los últimos minutos y ahí pensó que la presencia de Rubiato era más importante”.

Para Sergio, la clave de todo lo vivido y logrado reside en la “unión del vestuario. Desde el principio hemos sido como una familia, y el míster también ha hecho lo suyo. Había mucha calidad en el vestuario, pero había que trabajarlo”, comentó.

A partir de ahora ya toca pensar en el futuro en Segunda División B, una categoría con un formato revolucionario (y complicado de entender) que presenta a los participantes cuatro posibles destinos: Segunda A, la nueva Segunda B PRO, Segunda B y Tercera División.

“Vamos a aspirar a todo lo que podamos, pero va a ser una Segunda B muy complicada con equipos fuertes que han descendido, además de la Cultu que siempre se mete en play-off… Va a haber mucho nivel, pero estaremos luchando. Lo importante es prepararse bien y saber a lo que nos vamos a enfrentar”, admitió el jugador respecto a una competición que arrancará con una liguilla “importante que marcará todo”.

Será, sin duda, un curso atípico con comienzo incierto y es que por ahora no se sabe si podrán contar con público restringido o no. Todo se irá viendo y, como bien asegura Sergio, habrá que adaptarse a todo lo que venga.