Aunque no ha trascendido a los medios de comunicación todavía, las tensas relaciones entre el Zamora CF y la Federación de Castilla y León volvieron a manifestarse el sábado tras el partido en el que el equipo rojiblanco logró el ascenso a Segunda B. En plena euforia por la celebración, los nervios afloraron y el presidente rojiblanco, Víctor de Aldama, protagonizó una agria discusión con el presidente de la Federación de Castilla y León, Marcelino Maté, una discusión que a punto estuvo de llegar a las manos pero a la que ambas partes han querido restarle importancia pese a la evidencia de los hechos.

No deja de ser una anécdota más, pero una anécdota que viene a profundizar en la herida que mantienen ambas entidades desde hace algún tiempo. Las tensas relaciones del Zamora CF con la Federación parecen remontarse al momento en el que la Española decidió adjudicar la plaza en Segunda B que dejó el Reus al Andorra, y negársela a un Zamora que había presentado méritos suficientes para optar a ella.

Pero el verdadero enfrentamiento con la Territorial llegó esta misma temporada que ahora finaliza cuando el Zamora CF se negó a prestar a cinco de sus jugadoras a la selección de Castilla y León que compitió en la Copa de las Naciones UEFA. Todo se intentó tapar asegurando que había una decisión individual de cada jugador, pero la excusa no era creible. Aún así, la Territorial saldó el conflicto con la menor sanción posible en un claro gesto de apaciguar la situación e intentar que no se volviera a repetir en el futuro.

Pero este mismo verano, en la asamblea general de la Federación de Castilla y León volvió la tensión entre ambas partes, esta vez tras la intervención del representante del Zamora CF que planteó varias cuestiones al presidente y recibió una seria reprimenta por parte de Maté quien mentó a Aldama y le exigió más colaboración con el ente federativo.

Las chispas volvieron a saltar el pasado sábado en los vestuarios de La Balastera cuando Víctor de Aldama intentó entrar en el vestuario para celebrar con sus jugadores el ascenso y le fue negada la entrada por la organización que corría a cargo de la FCYLF. Luego llegó la discusión entre los dos presidentes.

Creo que es el momento de pensar que el Zamora ha logrado regresar a Segunda B y pasa a ser un “club grande” en Castilla y León. En nada la beneficia mantener esta tónica de constantes enfrentamientos con el ente federativo. Es necesario firmar la paz para recorrer unidos el apasionante camino que le espera al club rojiblanco tras el ascenso.