Zamora y Benavente celebraron de forma contenida el ascenso del equipo de fútbol del Zamora CF a Segunda B y del conjunto de fútbol sala del Atlético Benavente a Segunda División.

En ambos casos se tuvieron en cuenta las recomendaciones de distanciamiento social y aunque se formaron pequeños grupos de aficionados para festejar los ascensos lo hicieron sin aglomeraciones y en la mayoría de los casos con mascarillas y respeto a las distancias de seguridad.

En la capital, la afición atendió al llamamiento previo del equipo rojiblanco para que no se acudiera a la fuente de la plaza de la Marina, lugar habitual de celebración de los triunfos deportivos, a festejar el ascenso. Tan sólo un grupo de jóvenes seguidores acudieron al tradicional punto de encuentro de las celebraciones futbolísticas, con el tiempo justo para realizar una foto de grupo.

En la zona únicamente se pudo ver a grupos aislados de no más de una decena de personas que no llegaron a juntarse entre ellos.

También hubo afluencia de aficionados, aunque no masiva y con mascarillas, en el entorno del parque de San Martín, próximo a establecimientos hosteleros en los que se congregaron grupos de aficionados a ver por televisión el partido jugado en Palencia por el Zamora CF que, como es sabido, concluyó con victoria rojiblanca ante la Gimnástica Segoviana, por 2-1.

En Benavente, el Desguaces Casquero de fútbol sala jugó en casa pero a puerta cerrada y en las inmediaciones del pabellón de La Rosaleda se congregaron, aunque con espacio entre ellos casi un centenar de aficionados al término del encuentro.

Fue una noche memorable para el deporte zamorano que vivió dos hechos históricos como fueron el regreso a Segunda B después de cinco años de ausencia del Zamora CF, y la vuelta a División de Plata, más de dos décadas después (1998-99), de un equipo benaventano.

El equipo celebró por todo lo alto el acontecimiento y ya sobre el terreno de juego se sucedieron los abrazos y las celebraciones que pasaron al vestuario e incluso en la rueda de prensa, los jugadores ducharon con agua a su entrenador.

El autobús del equipo regresó a Zamora de madrugada, a una hora a la que ya no había prácticamente seguidores para esperarle en el Ruta de la Plata.

A Palencia acudió para apoyar al Zamora CF, el presidente de la Diputación Provincial, Francisco Requejo, mientras que en La Rosaleda de Benavente estuvo el diputado de Deportes, Jesús María de Prada, acompañado por el alcalde de la ciudad, Luciano Huerga. Sin embargo, ningún representante municipal acudió a Palencia, ni el alcalde, Francisco Guarido, ni el concejal Manuel Alonso, aunque ambos felicitaron al equipo rojiblanco en sus redes sociales, como también lo hizo el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco.

Un ambiente bien distinto se vivió durante la noche de ayer en Segovia. “La Gimnástica peleó, se bregó como pudo contra el equipo profesional del Zamora, pero no encontró la manera de hacerlo caer”, señaló el club azulgrana en su página web. “No recibió el premio del ascenso la extraordinaria tarea de los jugadores y cuerpo técnico de la Gimnástica Segoviana . Habrá que esperar una mejor oportunidad”, añadió.