Tomás Calvo ya no es, oficialmente, jugador del Zamora CF. El lateral izquierdo se despidió ayer de sus compañeros de vestuario y cuerpo técnico tras solicitar la baja en el club una vez finalizado el encuentro del pasado domingo ante el Cristo Atlético (1-0). El ya exrojiblanco explicó que no son los motivos económicos los que le han llevado a tomar esta decisión, sino la búsqueda de más minutos de juego y es que "como creo que les pasa a todos los futbolistas no estaba jugando lo que yo quería, y cuando he jugado creo que he tenido una buena actuación", apuntó en declaraciones a este periódico. Así, el benaventano, que sí cierto que ha tenido una presencia irregular en el equipo de Miguel Losada, estudia nuevas oportunidades y es que aunque asegura que sí hay opciones para esta segunda vuelta de campeonato, aún no tiene nada decidido ni ofertas en firme. Con esta situación, el entrenador pierde un nuevo efectivo para un puesto que en los últimos tiempos venía defendiendo Esteban Griñón. Desde la secretaría técnica dejaron claro que aunque no se esperaban esta decisión del jugador no están buscando sustituto y es que, además de Griñón, "también puede situarse en ese puesto Saúl", una vez se recupere de una lesión que está siendo más larga de lo previsto debido a la aparición de un edema óseo, por lo que aún no hay fecha de regreso del defensa. Además también está la opción del filial en caso de que sea necesario.

Por otro lado, además de la despedida de Tomás Calvo ayer hubo más actividad en el vestuario debido a la llegada de un jugador a prueba al primer equipo. Se trata de un delantero de Navalcarnero de 20 años y 1,85 metros de altura que podría incorporarse a la plantilla, siempre y cuando reciba el visto bueno del entrenador.