El Zamora CF vuelve esta tarde a la carga y lo hace con una plantilla dispuesta a centrarse en el plano deportivo y abstraerse de todo lo que acontece alrededor del club. La expedición rojiblanca, con solo dos entrenamientos a su espalda, espera enganchar un nuevo triunfo, esta vez a domicilio, y acercarse un poco más a la zona de fase de ascenso con la que pusieron distancia en un mes sin conocer la victoria pero que ahora mismos tienen a tan solo cuatro puntos.

Ahora las buenas sensaciones, en el plano deportivo, han regresado y es que el 6-1 al San José ha supuesto un golpe de confianza en el vestuario zamorano aunque, no todo son sonrisas y es que la enfermería cuenta con nuevos inquilinos. Miguel Losada tiene que asumir dos bajas importantes en sus filas, las de Iñaki Eguileor y Diego Ortiz, que en los próximos compromisos no podrán vestirse de corto. Esto supone un serio contratiempo en el aspecto ofensivo ya que se trata de hombres importantes aunque el entrenador tiene claro que deben sobreponerse y los compañeros asumir más protagonismo. Además de estas ausencias está la seria dura de Jarabo que está renqueante en un tobillo que tiene inflamado y serán los técnicos quienes valores si está apto o es mejor que guarde reposo. En la parte positiva está el regreso de Mario Sopale que ya cumplió sus dos partidos de amonestación, un regreso importante para el cuadro rojiblanco ya que el jugador ha sido importante en este inicio liguero.

Con este panorama, además de buscar los tres puntos, Miguel Losada trata que sus futbolistas se mantengan lo más centrados posible en la competición y se alejen de problemas que se viven en la entidad. El entrenador, no obstante, sí lamentó la marcha de los servicios médicos y se mostró esperanzado en que la situación se encauce por el bien del Zamora CF.