El Zamora CF encajó ayer su segunda derrota de la temporada, la primera fuera de casa, que llega precedida por tres empates que obligan al equipo a alejarse de la zona de privilegio que ahora mismo ya tiene a cinco puntos. Ayer los rojiblancos perdieron ante un Atrio Bupolsa que afiló sus garras y tumbó a la plantilla zamorana en un ejercicio de pragmatismo. El rival le buscó siempre las cosquillas a los de Losada, llevando el partido a donde menos convenía a los rojiblancos, y estos lo pagaron. Tobar adelantó al conjunto local antes de que se cumpliera la media hora de juego, lo que supondría un duro golpe para los zamoranos, que estaban obligados a mostrar una versión mucho mejor de la reflejada hasta entonces. Si bien lo intentaron a lo largo de toda la segunda mitad, el tanto del empate no llegó y el conjunto local, que seguía bien fino, hizo la sentencia por medio de Guti en el descuento.

Afrontaban la contienda los zamoranos con la intención de hacer buenos los tres empates anteriores, pero lejos de eso se llevó un varapalo en un encuentro en el que tuvo muchos problemas para defender el fútbol directo de los anfitriones. Los burgaleses no necesitaron de su mejor fútbol para enviar a la lona a un combinado rojiblanco cuya capacidad en ambas áreas se ha visto notablemente mermada este curso, como reflejan los resultados de las últimas jornadas.

Sin completar la mejor de sus tardes, y con demasiadas imprecisiones en la primera mitad, los locales continuaron siendo competitivos. Supieron explotar a la perfección las particulares características de su terreno de juego y ganaron la partida táctica a su oponente, al que ganaron la partida desde el punto de vista físico en la zona ancha y al que sacaron los colores con envíos largos a la espalda de su defensa.

Tobar, que acumula ya cinco tantos en un inmejorable arranque de temporada, y Guti, que se reencontró en la cita con el gol, terminaron por dejar los tres puntos en casa. El primero apareció en todas las ocasiones que hubo en el área en el primer tiempo, marcado por las constantes interrupciones en el juego.

Él fue el encargado de desatar las hostilidades en el minuto 23 en un disparo muy centrado a pase de Adri que atajó sin problemas Miguel. No falló en la siguiente. El joven ariete se lo guisó y se lo comió en una acción por el costado derecho en el que superó por potencia a su par. Armó su pierna y se sacó un disparo potente y cruzado que se alojó en la portería zamorana junto a la base del poste.

El tanto serenó los ánimos de los locales, que por momentos llevaron el agua a su molino. Aún así, Caramelo pudo equilibrar la balanza pasada la media hora de juego en una doble ocasión. Primero, tras un error de Bellido, que le dejó solo ante Gato, que le ganó la partida en su salida. Y luego tras el rechace, aunque su disparo salió excesivamente cruzado.

Si la situación no era lo bastante complicada Iñaki Eguileor tuvo que tomar el camino de los vestuarios antes de tiempo dolorido tras un choque con un jugador del Bupolsa y con un esguince de tobillo que le mantendrá, a falta de diagnóstico oficial, un par de semanas lejos de los terrenos de juego.

Tras el paso por los vestuarios, el Zamora dio un paso adelante con la intención de darle la vuelta al marcador, pero los burgaleses siguieron poniendo a los rojiblancos contra las cuerdas. Aunque Tobar pudo sentenciar en un disparo a la media vuelta a centro de Adri que se marchó ligeramente desviado.

Los de Losada fueron ganando metros y se hicieron por momentos con el control de la situación, pero sus acciones morían a los pies del área burgalesa.

Revidiego lo intentó en un par de ocasiones desde la frontal sin peligro. Primero, a los 50 minutos de juego, en un disparo con rosca desde el vértice del área grande tras la mejor acción combinativa de los zamoranos. Y cuatro minutos después, en un derechazo desde la frontal sin aparente peligro que se le escapó a Gato de las manos y se fue a saque de esquina.

De nuevo pudo golpear el Atrio pasada la hora de juego en un sensacional servicio del marbellí entre los centrales zamoranos, pero el disparo de Átomo, tras una buena maniobra en el área chica, se encontró con la buena intervención de Miguel.

El Zamora seguía vivo en el encuentro. La respuesta de los de la capital del Duero llegó de inmediato en una veloz transición por la derecha en la que Caramelo, tras dejar sentado a su par, buscó la portería con un disparo sutil que no encontró los tres palos. Posteriormente, el Zamora, que se había volcado en el área burgalesa, seguía insistiendo y buscando el empaté. Esta vez, con un lanzamiento de falta peligroso que botó Esteban y se estrelló en la barrera.

Ya en el tiempo de descuento llegó la sentencia. Guti, que había saltado de refresco, reivindicó su condición de matador en un contragolpe por el costado izquierdo. Frenó y levantó la cabeza para estudiar la situación. Midió a su par, al que superó con un recorte antes de cargar la derecha para superar a Miguel, que previamente había tenido una buena intervención, con un disparo certero junto a la base del poste para dejar a los zamoranos con una dolorosa derrota.

Este resultado deja patente que el equipo se ha desinflado en estas últimas semanas y será necesaria una victoria en casa, el próximo sábado a las 20:00 horas, para no perder más comba con la zona alta de la clasificación.