No pudo ser. Se bordeó el sueño, pero el Zamora CF fue finalmente eliminado de la Copa del Rey ante un Racing de Ferrol de Segunda División B al que hizo sufrir en a Malata (3-2). El partido estuvo bastante entretenido en su primera mitad. El Racing tuvo más tiempo el balón que su rival aunque su control no fue fluido. El Zamora plantó cara en todo momento, y en muchas fases de este primer acto tuvieron sus momentos de dominio. Incluso los de Miguel Losada gozaron de algunas ocasiones claras para marcar más goles, al igual que el propio Racing. Los departamentales comenzaron asustando a los zamoranos.

Brais Abelenda a las primeras de cambio se inventó un disparo desde la frontal que se fue por encima de la portería. Este pequeño susto inicial no arrugó al cuadro zamorano, ya que cuatro minutos después Diego Ortiz disparó por encima de la portería del Racing y el balón golpeó en la parte de arriba del larguero.

A partir de ese instante el cuadro local tomó momentáneamente las manijas del partido y puso cerco a la portería de Miguel. Los de Michel Alonso combinaban bien por bandas y en muchas ocasiones hicieron mucho daño en acciones individuales. Joselu y Bicho fueron una auténtica pesadilla. Al igual que en la otra área lo fueron Caramelo y Sopale. Brais Abelenda volvió a rozar el gol en una acción por el centro del área en la que pecó de individualista y su disparo se fue ligeramente arriba de la portería. Ya en el 23 llegó el gol del Racing. Fue en una acción a balón parado desde la frontal. El disparo inapelable de Sergio Martín se fue a la derecha de Miguel haciendo imposible la estirada de este. Sin embargo la alegría le duró poco a los locales, ya que tres minutos después y en una jugada aislada, Caramelo marcó de vaselina un auténtico golazo desde fuera del área.

El partido se igualó en el tramo final con dos equipos que buscaron el gol insistentemente. Joselu lo tuvo en una acción individual por el centro que se coló entre los defensores, pero le robaron la cartera a la hora del remate.

Antes del pitido final Viti primero y Sopale después, tuvieron dos ocasiones clarísimas delante del portero que no llegaron a concretar. En la reanudación el Racing cogió la batuta del encuentro desde el principio. Los ferrolanos tuvieron toda la posesión y el Zamora ya no llegaba prácticamente nada al área rival. Aunque el Racing profundizó mucho más que los de Losada en las acciones ofensivas, estos no conseguían crear peligro algunos. Salvo dos o tres lanzamientos a portería sin revestir mucho peligro, el resto de incursiones fueron tranquilas para la defensa del Zamora. En el 60 ambos entrenadores comenzaron a mover banquillos en busca de algo más de frescura pensando ya en el tramo final del encuentro.

En el 65 el Racing tuvo una acción en la que bien pudo conseguir el gol. Solo le faltó un buen control a Brais Abelenda para engatillar totalmente libre de marca en el centro del área. Afortunadamente para el Zamora la defensa alejó el peligro. En el 68 llegó el segundo tanto del Racing. Pablo Rey sacó rápido un córner en corto al borde del área, a la altura del pico, y Bicho sin pensarlo disparo raso al palo largo y el esférico se paseó por delante de defensores y atacantes para marcar. El tercero no tardó en llegar, fue en el 76 tras un balón entre líneas de Joselu que aprovechó muy bien en el uno contra uno Julio Delgado para marcar. Lejos de venirse abajo, los zamoranos se metieron de nuevo en el encuentro gracias a un gol de Iñaki a centro Raly. En los siguientes minutos el Zamora pisó el acelerador en busca del gol. Además viendo la insegura defensa ferrolana, los de Miguel Losada arriesgaron todo lo que podían. Los locales a pesar de ser de superior categoría, fueron un auténtico manojo de nervios durante buena parte del partido. Los zamoranos sí creaban incertidumbre con sus llegadas, pero no conseguían en ningún momento crear acciones de gol. Ya en la prolongación el rojiblanco Juanan vio la roja directa y fue expulsado. Era ya el 95, y con el 3-2 acababa el partido y la Copa del Rey para un Zamora CF que regresó a la capital del Duero con la cabeza muy alta.