Más, mucho más mereció el Zamora C. F. en su estreno liguero ante un Mirandés B que aprovechó su única oportunidad durante todo el partido para llevarse el máximo botín del Ruta de la Plata (0-1). Así, tras esta primera jornada queda claro que los rojiblancos deben mejorar su efectividad de cara a puerta y es que tuvieron aproximaciones constantes a área rival que no consiguieron convertir, pero también se reflejó que trabajo y pundonor no va a faltar en este equipo.

El partido tuvo dos fases muy distintas sobre el estadio zamoranos, antes y después del gol, y es que fue precisamente tras el tanto rival cuando salió a relucir el mejor Zamora C. F. pero la fortuna no estuvo de su lado. El encuentro arrancó con un mejor Mirandés B que quiso dominar la pelota en los primeros instantes y tuvo un par de aproximaciones de peligro, afortunadamente sin fruto. Los rojiblancos buscaban templar el juego y empezar a trenzar jugadas para imponer su fútbol y señas de identidad de lo que quieren que sea esta nueva época. Así llegó la primera ocasión en una contra que condujo Revidiego y cedió a Sopale que disparó a puerta muy desviado sin apenas inquietar a Moussa. Al menos esa opción sirvió para alentar a los zamoranos y despertar los primeros aplausos entre la parroquia local, además de cambiar la dirección del dominio y es que los de Miguel Losada empezaban a controlar el duelo.

Con este empuje llegó el primer disparo entre los tres palos con un remate de Juanan que el meta burgalés detuvo pero la respuesta de los visitantes fue letal. De forma sorpresiva Blas desde muy lejos probó suerte con un buen disparo que pilló a Miguel muy adelantado y logró el primer tanto para los suyos, dando al traste con el trabajo que estaba en marcha, pero desde ese instante el ataque visitante iba a esfumarse.

Lejos de venirse abajo con el 0-1 el Zamora C. F. fue a por todas con ocasiones consecutivas que cerca estuvieron de poner el empate. Las más destacadas, una intentona de Juan de la Nava, que la defensa del Mirandés sacó bajo palos cuando prácticamente se cantaba gol, y un disparo de falta de Diego Ortiz que detuvo el cancerbero rojillo. El empuje de los zamoranos no se frenó y siguieron intentándolo con los extremos Sopale y Caramelo muy activos aunque con poca fortuna y es que la defensa del Mirandés B estaba haciendo un gran trabajo desbaratando las opciones de forma constante. Al Zamora C. F. no se le podía reprochar trabajo ni ganas sobre el césped, pero faltaba un factor más que en el primer acto no se vio, la suerte de cara a gol y es que en la recta final ni Juanan ni Caramelo pudieron sacar petróleo en sendos disparos que ya eran los enésimos de los locales.

Con un disparo de Revidiego se inauguró el segundo acto en el que Zamora C. F. debía mejorar su efectividad que era la mayor carencia que estaba presentando porque sí se estaba mostrando superior a su rival. Mientras, el Mirandés B se veía obligado a hacer el primer cambio al retirarse Blas con molestias. Poco a poco el partido empezó a decaer, las ideas de unos y otros no eran tan frescas pero sí es cierto que era el Zamora el que más se aproximaba. Miguel Losada trataba de buscar soluciones a esa falta de pegada y empezó a mover el banquillo dando paso primero a Barbero, después a Raly Cabral, que en su primera acción reclamó penalti por una caída en el área, y a Iñaki Eguileor. La idea era dar más empuje a un equipo que se estaba mereciendo más ante un filial muy reservón y es que desde su gol apenas había aparecido en ataque. La ofensiva local prosiguió y Juan de la Nava tuvo una nueva opción de estrenar el marcador pero su remate se estrelló contra el poste y es que colar el balón entre los tres palos se estaba convirtiendo en misión imposible a pesar de los merecimientos. Minutos después Eguileor con un balonazo al lateral de la red hizo hasta cantar el gol a los aficionados que esperaban ansiosos el primer tanto en Liga pero lo cierto es que se entró en la recta final con el 0-1 que desde el minuto 18 parecía inamovible. De ahí al final se siguió intentando pero parecía que no era el día de los delanteros que aunque rondaron la meta rival de forma continúa dejaron la asignatura del gol pendiente.