El presidente del Zamora CF, Segismundo Ferrero se dirigió ayer a la asamblea de socios para exponer la dramática situación en que se encuentra el club en los siguientes términos: "Nos encontramos en un pozo a 460 metros de profundidad, a mil euros el metro, con unas paredes lisas, sin escaleras y difíciles de escalar. Afecha de hoy, estamos, más o menos, a 300 metros. Algo hemos conseguido. Pero no es suficiente y tampoco lo que hubiéramos esperado. Nos gustaría haber estado al nivel de superficia pero no ha sido posible".

"Hemos trabajado por el club, todo lo que se ha podido y nos han dejado. Con aciertos y desaciertos, como no podía ser de otra manera, porque nadie es perfecto. Pero cuando luchas y luchas y observas que nada agrada a ciertos sectores, llegas a la conclusión de que lo único que se quiere es que el club no salga del pozo. La prueba la tenemos en que, en cinco años, ha habido cinco directivas y el motivo es que las ayudas escasean y los inconvenientes se multiplican".

"Este club es viable si todos arrimamos el hombro y empujamos en la misma dirección. De lo contrario, el club está abocado a su desaparición, al menos tal y como lo conocemos como un club social y sin ánimo de lucro. Este club es un carro lleno de problemas intentando avanzar por una cuesta muy pronunciada. Y el gran problema son los palos en las ruedas que diariamente se tienen que quitar para poder iniciar la marcha. El problema no está dentro, está fuera, es un problema de actitudes y cualquier directiva que no cuenta con suficiente independencia económica tendrá que contar sí o sí, con el visto bueno de estas actitudes. De lo contrario tendrá al frente del club los días contados. Son actitudes que se mueven por personalismos e intereses y han convertido al club en su campo de batalla particular. Y esas actitudes terminarán por destrozar el mismísimo club. Tal y como se trata a las directivas, lo raro es que haya personas dispuestas a formar parte de ellas. Hay que ser muy valientes, generosos de mentalidad, muy altruistas y con gran capacidad de sufrimiento".

"Esta directiva ha cometido errores como todos y cualquiera que tenga responsabilidades de gestión lo sabe bien. Diariamente hay que tomar decisiones y algunas sobre la marcha, las deudas agobian y se buscan soluciones rápidas que impiden en algunos casos meditar y evitar las precipitaciones".

"En el plano deportivo, hemos fichado conforme a lo que se podía. Nunca se nos pasó por la imaginación que en la segunda vuelta se entrase en una dinámica tan negativa. Tampoco sabremos si estábamos predestinados al descenso o, de haber tomado otra decisión, nos hubiéramos salvado. Confiábamos en el entrenador y por ello tuvimos que escuchar de todo; un entrenador que no gozaba de muchas iniciativas y estaba constantemente siendo criticado y presionado. Esa crítica y esa presión, tarde o temprano se termina traduciendo en fracaso y es muy posible que se terminara transmitiendo sin querer a la plantilla".