El esloveno Primoz Roglic (Jumbo-Visma) es el virtual ganador de la Vuelta a España 2019 después de defender su liderato en la vigésima y penúltima etapa, de 190,4 kilómetros entre Arenas de San Pedro y Plataforma de Gredos (Ávila) y en la que su compatriota Tadej Pogacar (UAE Team Emirates) se llevó una trabajada victoria.

El arrojo de Pogacar, con su ataque en Peña Negra a poco más de 40 kilómetros de meta, desató las hostilidades en la penúltima jornada de la ronda española, en la que Movistar se vio obligado a trabajar a pleno rendimiento para salvar, al menos, la segunda plaza de la clasificación general del murciano Alejandro Valverde. La tercera posición del colombiano Nairo Quintana, en cambio, será finalmente para el esloveno, que se mete en el podio de la cita.

Como un calco de sus triunfos en Andorra y Los Machucos, el mejor joven de la Vuelta 2019 dio una lección a todos sus experimentados rivales, que nada pudieron hacer para neutralizar un terrible latigazo soltado a 4,5 kilómetros de la cima del penúltimo puerto en Peña Negra, a 40 de meta.

Su apuesta le permitió presentarse en meta en solitario. Marcó un tiempo de 5h.16.40 en los 190 kilómetros que unieron Arenas de San Pedro y la cima de Gredos. Con la soga al cuello llegó Valverde a 1.32, salvando el pellejo como segundo. Roglic, sin necesidad de exprimirse 9 segundos más tarde, Quintana a 1.56 y "Supermán" López a 2.12. Eslovenia gloria, Colombia hundida.

Los hombres del podio debían quemar las naves en el último asalto antes del paseo triunfal en Madrid. Terreno había, fuerzas ya no tantas. La escapada del día animó el paso por las primeras dificultades con Samitier, Tao Geoghegan, Guerreiro, Edet y Howson de avanzadilla.

Camino de Peña Negra (1a, 14 kms al 5,9 por ciento) y en la única zona de llano, Astana probó el experimento de los abanicos aprovechando el viento. Hubo corte, pero no asustó a los hombres del podio. En este puerto se olía ya la batalla. Fuglsang preparó el salto de "Supermán", quien trató de desplegar las alas a 42 de meta.

Pero el colombiano, el que descalificó a Movistar y Valverde 24 horas antes y luego pidió perdón, tenía plomo en las piernas. Tomó el testigo precisamente Valverde con un amago y parón de "peseta". Nadie quería poner en aprietos a Roglic y jugar sus bazas para intentar volcar los puestos del podio.

Alejandro Valverde, a su llegada a meta. Foto: EFE

Todos en la guarida, menos Pogacar. Un debutante en una grande fue el gran protagonista de la etapa abulense. Atacó, de verdad, a 4,5 kilómetros de le cima, se cargó ala fuga y se fue sin mirar atrás como un cohete. Estaba a 1.18 de la tercera plaza de Quintana, y coronó con 1.37.

Ya estaba en el cajón, pero Pogacar quería más. Siguió adelante mientras sus rivales buscaban respuestas donde no las había. Inició el ascenso a la Plataforma de Gredos (3a, 9,8 kms al 3,8) con hambre canina, ajeno a las pintadas de "Lobos no". Por detrás buen escenario para el ganador del Tour del Porvenir 2018. Quintana resignado, Valverde con la congoja firmando la segunda plaza, Roglic encantado de la vida y Supermán seco de fuerzas.

Estaba asegurada la fiesta eslovena. Roglic, saltador de esquí hasta 2012, dará un brinco en su palmarés con su primera grande a los 29 años. Pogacar le acompañará en el podio vestido de blanco y como revelación de la Vuelta. Una joya a tener en cuenta para el presente y futuro del ciclismo. Este domingo, fin de fiesta con la disputa de la vigèsimoprimera y última etapa entre Fuenlabrada y Madrid, con un recorrido de 106,6 kilómetros.