Un año más, los niños de la Medalla Milagrosa de Zamora han vuelto a salir a la calle para recrear una procesión de la Semana Santa a su manera. En esta ocasión, ha sido la de la Buena Muerte. Disfruta con las imágenes.

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GALERÍA | Los niños de La Milagrosa de Zamora recrean así la Buena Muerte José Luis Fernández

Faltaban pocos minutos para el mediodía cuando parte de la calle San Torcuato se llenaba de gente —como lo hará en pocos días— para esperar una de las procesiones no oficiales que levanta más expectación: la de los niños y niñas del colegio Medalla Milagrosa. Padres, abuelos y demás familiares, móvil en mano, esperaban la salida del desfile para inmortalizar ese momento. 

Este año, desde el colegio se rendía un bonito homenaje a la Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo de la Buena Muerte. Se abrían las puertas del colegio y arrancaba la procesión con la salida de una pareja de la Policía Nacional —alumnos de 1º y 2º de Educación Primaria—, custodiando a sus compañeros de Infantil.

A los pequeños cofrades no les faltaba el mínimo detalle: túnica y cogulla de estameña blanca con su fajín, crucifijo de cartón pintado por ellos mismos y antorcha que se «iluminaba» con tiras de papel celofán imitando las llamas de las teas. Con el rostro serio, muy metidos en su papel, caminaban en parejas, cogidos de la mano.

No faltó en la procesión ni el coro entonando el «Jerusalem, Jerusalem», gracias a una grabación, ni el Santísimo Cristo de la Buena Muerte, elaborado con minuciosidad y portado por varios hermanos.