Desde el 1 de enero 150 municipios españoles están obligados a ampliar sus zonas de bajas emisiones, pero de momento muchos están muy lejos de cumplirlo. De las 149 ciudades españolas que deberían aplicar restricciones al tráfico de los vehículos más contaminantes solo han tomado medidas una veintena. En Barcelona desde 2020 hay zona de bajas emisiones pero el año pasado fue la única capital que no respetó los límites de dióxido de nitrógeno que marca la Unión Europea.

Madrid, por primera vez el año cumplió con la directiva. El ayuntamiento asegura que el aire ha mejorado, entre otras cosas, porque se ha renovado un 60% de la flota de autobuses y porque ha caído aún más la circulación de los vehículos más contaminantes. Por no presentar a tiempo las ordenanzas, en Euskadi siguen sin restricciones. De las capitales andaluzas solo Sevilla impone restricciones y en Valencia hasta el próximo otoño no controlaran la circulación con cámaras.