Esta pesadilla que vivieron termina también para los vecinos de Sacañet, Teresa y las pedanías de Andilla, pero al volver se encuentran con un paisaje desolador.

Los que este sábado regresaban a Bejís se adaptan a los inconvenientes. No tienen Internet ni agua potable y se reparten dos garrafas de agua diarias.

Las llamas llegaron hasta la pared de la embotelladora, el alma económica de Bejís, para la que se aprobarán ayudas en un pleno extraordinario del Consell el 29 de agosto.

Esperanza para unos vecinos muy afectados por lo vivido y agradecidos a los que los han ayudado a volver a la normalidad.