«Mi intención era la de agarrarlos y hacer tiempo para que llegara la policía, por eso salí tras ellos, ¿cómo iba a pensar que podían reaccionar de forma tan violenta?». Así explica Jorge Negrete, un hostelero de Gandia de 65 años, su insistencia a la hora de tratar de cobrar una cuenta por una consumición —que apenas ascendía a los 60 euros— a cuatro jóvenes que hicieron un «simpa» en su bar el pasado martes por la mañana. Su enfrentamiento con los clientes a la fuga a punto estuvo de costarle bien caro, tras ser brutalmente agredido por éstos, como se observa en un vídeo grabado por un testigo de lo ocurrido que circula desde entonces por redes sociales.