Pablo lleva una vida independiente desde hace justo un año. Tiene 45 años y trabaja en Madrid como pizzero. Gracias al apoyo de la Fundación Síndrome de Down de Madrid (www.downmadrid.org) Pablo ha podido cumplir sus deseos y salir de la casa de sus padres para compartir piso con 4 compañeros más que también tienen discapacidad intelectual.