Luis Delgado y su mujer Svetlana viven en Elche y llegaron a Ucrania justo un par de días antes de estallar la guerra. Iban invitados como jurado de un concurso de baile y se han convertido en refugiados de guerra. Llevan días encerrados en un hotel, a 600 kilómetros de Kiev. Se quejan de que la embajada española ni siquiera ha respondido a sus llamadas y correos electrónicos. "Sólo recibimos un mensaje automático de la embajada... Y hasta la fecha. Ni puñetero caso... Van diciendo que no hemos salido porque no hemos querido salir, ¿pero qué dicen?". No pueden salir solos de allí, ni llegar a Kiev. Como otra familia, la de Santiago Navarro. Él es valenciano y vive en Ucrania con su mujer y sus 3 hijos. No tienen muchos medios económicos e intentaron que sus hijos huyeran en el coche. Están a 500 kilómetros de Kiev. Volvieron atrás por miedo. Otros españoles han viajado con sus propios medios a la frontera. Es el caso de Carlos Molina, jugador de balonmano. La guerra lo pilló en el avión aterrizando en Ucrania. Su familia desde Córdoba sigue con el alma en un puño su peligroso viaje en coche. Por suerte ya ha conseguido llegar a Polonia, este mediodía. Pero aún quedan cien españoles atrapados en Ucrania.