El cielo en la localidad castellonense de Vilafranca se ha cerrado este miércoles por la tarde durante unos interminables minutos para dar paso a un tornado que ha azotado con virulencia el municipio, causando daños materiales de diversa consideración. Entre las principales incidencias el vendaval ha levantado centenares de tejas de las cubiertas, ha desplazado contenedores a decenas de metros de su emplazamiento habitual, ha tumbado árboles y ha obligado a los viandantes a buscar resguardo rápido e incluso a sujetarse en las farolas para evitar caer ante la contundencia del viento.