Poco ha quedado en pie en los alrededores del complejo deportivo de Denia, Alicante. Un tornado destrozaba las instalaciones de madrugada. Y en la costa, el ferry que llevaba casi un mes encallado finalmente se lo ha tragado el mar. A la entrada de Orihuela nos encontramos un auténtico cementerio de coches. Un concesionario arrasado por la riada con decenas de vehículos destrozados. La localidad alicantina ha sido de las más castigadas, de hecho se han cortado todos los accesos por carretera. Hay barrios totalmente inundados con el agua llegando por todas partes y con un ruido ensordecedor que asustaba. Se ha metido hasta en los pasillos y los aseos del hospital de San Bartolomé. La misma situación sufrían los vecinos de la localidad de Callosa de Segura. Inundada con esta fuerza, moviendo contenedores y hasta coches.