Rusia quiere llevar a Ucrania a una especie de parálisis funcional, acabando con sus sistemas energéticos. Su último golpe un ataque con misiles a una gasolinera de Dnipro. Dos civiles han fallecido, entre ellos una mujer embarazada. Algo imperdonable para Zelenski. Mientras, el Ejército ucraniano sigue su avance Y presume de una defensa antiaérea capaz de volar a cinco metros de altura. La batalla por la reconquista de Jersón parece inminente. De conseguirlo, sería, sin duda un gran mazazo para Putin, Nada contento con la toma de decisiones de sus asesores. Urge, empezar a reconstruir el país. La Comisión Europea propone una especie de Plan Marshall con hasta 5.000 millones de euros. Una ayuda que, en palabras de su presidenta, Ursula Vonder Leyen, no puede esperar hasta que termine la guerra.