Sin prisa pero sin pausa. Las localidades cercanas a la central nuclear de Zaporiyia se preparan para el peor escenario. Han repartido ya 8.500 pastillas de yodo entre la población que puede tomarlas: los menores de cuarenta años. Es una medida preventiva y profiláctica, advierte esta doctora. La gente debe esperar al anuncio de las autoridades, si llegara, para tomarlas. El peligro de fuga radiactiva es cada día mayor.