Vira y Samsonov nos enseña los restos del edificio en el que vivían en Irpín. Está totalmente destruido. Ahora buscan en estos vagones de tren un lugar donde protegerse de la guerra. Viven dentro de cuatro paredes diminutas. Desde allí recuerdan el día en el que las bombas alcanzaron su hogar. "Aquí está nuestra casa quemándose" Y se emocionan por tener un techo bajo el que descansar : “Gracias a Dios tenemos un lugar para dormir”. Una empresa ucraniana ha habilitado los vagones para 100 personas sin hogar, pero son conscientes que no es una solución. "Quiero volver a mi propia casa", dice esta mujer. Irpín experimentó intensos combates al inicio de la guerra. Sus habitantes tuvieron que huir de unas casas destruidas, con la esperanza de poder volver algún día.