Nuestra reportera huye de la lluvia de misiles que cae sobre Jarkov. Las bosmbas se suceden y hay que ponerse a salvo. La destrucción alrededor se hace visible y con ella los heridos que se atienden sobre el terreno. Un hombre y mujer reciben asistencia, pero con una nueva oleada de ataques todos huyen y sólo un sanitario vestido de rojo permanece impasible con su cometido.