La diplomacia se enfrenta a estos hechos: en pocas semanas los talibanes se han hecho con el control de prácticamente todo el país y además han instaurado un Estado mucho más sólido que el que había. Tal es la demostración de fuerza que países como Alemania ya negocian abiertamente con ellos para seguir evacuando a gente por tierra, como de hecho ya han empezado a hacer. En la Unión Europea todo el mundo está de acuerdo en que hay que continuar salvando vidas. Pero luego están los desamparados, trabajadores no cualificados y, sobre todo, sin vínculos con Europa o Estados Unidos y que huyen de la miseria. Se hacinan ya en la frontera con Pakistán, pidiendo cobijo sin éxito a sus compañeros pastunes del país vecino.