Tras la salida de Estados Unidos de Afganistán, los talibanes mantienen una relación intacta con Al Qaeda, pero prometen que no permitirán que el grupo terrorista organice más atentados contra los norteamericanos. Ahora, como nuevas autoridades afganas, deben enfrentarse al Estado Islámico después de los atentados perpetrados este jueves, 26 de agosto, en el aeropuerto de Kabul.