Ceremonia histórica en la Casa Blanca, a la que asisten representantes de Emiratos Arabes, Israel y Bahrein. Les acompaña un Donald Trump que se apunta el tanto de mediador en el que aspira a ser el mayor acuerdo de paz en 42 años. Los dos países del Golfo Pérsico establecen relaciones diplomáticas con Israel, a cambio Benjamin Netanyahu suspende la anexión de territorios palestinos ocupados; aunque, que lo cumpla, está por ver. Detrás de los Acuerdos de Abraham, así se han denominado, hay intereses económicos, los países del Golfo ven en Israel una oportunidad de negocio. pero también hay intereses geopolíticos, aumentar el frente contra Irán, principal enemigo de todos los firmantes. ¿Y qué gana Estados Unidos con todo esto? Reputación como mediador en el conflicto de Oriente Medio y Trump refuerza su liderazgo de cara a las elecciones de Noviembre. Asegura que hay conversaciones avanzadas para reeditar acuerdos similares entre Israel y otros países. Este acercamiento histórico ha provocado el rechazo de la causa palestina, que ha salido a la calle para protestar ante lo que consideran una "puñalada trapera".