Andreas Lubitz mintió a los doctores que le trataban asegurando que tomaba medicamentos contra la depresión, la ansiedad y los ataques de pánico, dijo a los especialistas que era copiloto de Germanwings, pero no que seguía volando. Según una nueva revelación del diario alemán Bild, Lubitz también estaba obsesionado con sus ojos. Tras un accidente de coche en el que se golpeó el rostro con el airbag, se quejaba de ver borroso y de sufrir episodios momentáneos de ceguera.