A la Agencia Tributaria no le cuadraban los altísimos ingresos de Enríquez Negreira procedentes del FC Barcelona y lo citó a declarar en octubre del 2021. Según su declaración, la supuesta neutralidad de los árbitros tenía un precio. Lo que también causó sorpresa a la Agencia Tributaria fueron los numerosos regalos que Negreira, con el dinero que cobraba del Barça, dedicaba a los colegiados: jamones, viajes e incluso monedas y tarjetas personalizadas para arbitrar encuentros de fútbol.