Stella Grant es una adolescente de diecisiete años normal y corriente: vive pegada a su portátil y adora a sus amigos. Sin embargo, a diferencia de la mayoría de chicas de su edad, pasa gran parte de su tiempo en un hospital debido a la fibrosis quística que padece. Su vida está plagada de rutinas, límites y autocontrol, hasta que un paciente irresistiblemente encantador llamado Will Newman pone a prueba todo su mundo. La atracción entre ambos es patente desde el primer momento, pero las restricciones dictan que deben guardar las distancias. A medida que su conexión se hace más intensa, aumenta la tentación de ignorar las reglas y dar rienda suelta a sus sentimientos. Para complicar más la situación, Will se rebela contra su actual tratamiento médico, una situación potencialmente peligrosa. Stella le enseña poco a poco a disfrutar al máximo de la vida, pero deberá intentar salvar a la persona que ama teniendo vetado el más mínimo contacto físico.