Encañonándolo con la pistola, uno de los agentes le pide que salga del coche. El joven militar no entiende nada y calmado responde a los agentes que sin dejar de apuntarle con el arma, le insisten en que salga de su vehículo. Él permanece en el interior con las manos en alto porque le da miedo salir. Ellos le amenazan y le dicen que está detenido. Asegura que no ha hecho nada. Momento en el que uno de ellos pierde la paciencia y le retuerce el brazo. La tensión aumenta y hasta le rocían con gas pimienta directamente en la cara. Y ya en el suelo le detienen mientras llora de impotencia porque no entienden por qué le tratan de esa manera. Los hechos ocurrieron el pasado diciembre en una gasolinera de Virginia, en Estados Unidos. La víctima es Caron Nazario, un teniente del ejército, hispano y negro que fue liberado sin cargos. Ahora él mismo ha denunciado a los dos agentes por brutalidad policial y detención ilegal.