Algunos pasamos la infancia con heridas en las rodillas intentando saltar escalones o bajando rampas a toda velocidad con nuestros monopatines. Por suerte, hoy en día si queremos hacer saltos o algún kickflip existen formas más seguras de hacerlo. Hablamos cómo no del nuevo título de skate de Roll7 y Private Division.

‘OlliOlli World’ es la última entrega de la saga ‘OlliOlli’, una licencia que sorprendió al mundo en enero de 2014 con un enorme éxito de público y crítica pese a estar dirigido a un espectro muy concreto de jugadores. Tras lanzar la segunda entrega en 2015 y alcanzar de nuevo el éxito (además de multitud de premios), el estudio comenzó a trabajar en el juego de skate que iba a revolucionarlo todo. Y ahora que ha llegado al mercado, no podemos dejar de jugarlo.

Fácil de aprender, difícil de dominar

‘OlliOlli World’ es una magnífica combinación entre un espectáculo visual, movimientos rápidos y una banda sonora que lleva a sumergirnos de lleno en lo que está sucediendo en pantalla. En realidad, es capaz de alcanzar el nivel de juego fácil de aprender y difícil de dominar, y esto es lo que lo hace atractivo. A diferencia de los dos primeros, aquí existe algo que te empuja a buscar la perfección y seguir echándole horas y horas. La entrega se aleja de los diseños genéricos en 2D de los juegos anteriores y utiliza la magia de las 3D para añadir un extra de dinamismo muy necesario. Además, se ha dotado a la producción de un mejor sistema de progresión, una narrativa más desenfadada y más movimientos.

Nuestra aventura nos invita a conocer y explorar las posibilidades que ofrece Radlandia, un paraíso para el skate. Allí, descubriremos un mundo maravilloso, lleno de color, y con decenas de personajes de lo más carismático. En este espacio ficticio podrás convertirte en el skater que siempre quisiste ser. La personalización para nuestro alter ego es brutal, ya que podemos elegir entre miles de combinaciones de ropa y complementos, de todos los estilos y colores, peinados de todo tipo para aportar forma y carisma a nuestro avatar.

El camino hacia el Gnarvana

La configuración de los niveles nos invita a embarcarnos en una aventura de plataformas donde habrá que ir completando objetivos y misiones, con las que avanzar en nuestro camino a conocer al dios del skate Gnarvana. De hecho, uno de los aspectos más interesantes de este nuevo capítulo es que cada fase cuenta con diferentes caminos donde se esconden numerosos secretos. Podremos y debemos, entonces, repetir las zonas en varias ocasiones para completarlas al 100%, aunque superar un recorrido por primera vez es muy satisfactorio y realmente te hace perder la noción del tiempo.

A medida que el jugador avanza, irá desbloqueando nuevos movimientos como cambios de carril, agarres, giros y trucos de todo tipo. Aunque los niveles pueden parecer sencillos, el asunto se complica a medida que avanzamos. La frustración por no conseguir completar un nivel dura muy poco, ya que el juego nos devuelve a la acción al momento, algo muy de agradecer. Roll7 ha conseguido crear una experiencia magnífica, ya que la progresión tiene sentido y el jugador es capaz de percibir que todo ha sido planeado en condiciones. Los controles también están muy conseguidos y la jugabilidad es magnífica. La curva de aprendizaje hace que a medida que vayamos descubriendo nuevos trucos, nuestras habilidades sobre la tabla mejoren y considerablemente también nuestro nivel de satisfacción. En el apartado técnico y artístico destaca, sobre todo, el estilo y una banda sonora espectacular, fusión electro/hip-hop, que es capaz de trasladar la acción en pantalla a la perfección. Lo que se esconde tras el colorido exterior de ‘OlliOlli World’ es un videojuego enrevesadamente desafiante.

Conclusiones

‘OlliOlli World’ nos ha encantado. Rezuma actitud positiva, buenas vibraciones gracias a su música, entornos, gráficos y la simpatía que desprenden los personajes que iremos conociendo durante el camino. Pero este juego no solo es de monopatines, también muestra que siempre hay que tratar de superarse y salir de nuestra zona de confort ya que, si le dedicas suficiente tiempo, lo que parecía imposible acaba haciéndose realidad.