El fenómeno digital de Los Sims es algo que trasciende el mundo de los videojuegos. Inicialmente pensado como un simulador de vida, el proyecto de Maxis se extendió universalmente a partir de sus expansiones como una forma de expresión más allá del videojuego en sí. De hecho, en los últimos años hemos visto como la Generación Z, aquella que nació posteriormente a 1995, utilizan la franquicia como una extensión de su identidad, creando mundos personalizados y brillantes que sirven como una nueva forma de comunicarse con los demás.

Y es que las amplias posibilidades que ofrece la serie ya no sólo en personalización, sino también a la hora de construir, proyectar y establecer vínculos emocionales con otros usuarios ha sido aprovechado muy gratamente por parte de estos jugadores.

 

Los Sims y la vida digital

La propuesta es de sobra conocida. Cualquier jugador que se precie e incluso los que no están familiarizados con el entretenimiento digital, conoce la propuesta jugable de Los Sims. Un mundo digital en el que crear a nuestras representaciones virtuales y jugar con ellas: ver cómo se relacionan con los demás personajes, probar amoríos y tretas con los vecinos… en definitiva, construir un mundo ficticio en el que probar cosas que, quizá, en la vida real, sean más complicadas de construir.

A partir de aquí se abre un universo de posibilidades donde no sólo se tiene en cuenta a la comunidad, sino también las tendencias, los intereses culturales y los movimientos sociales en la realidad. El estudio recoge el guante cada cierto tiempo, gestiona cómo introducir según qué elementos dentro del juego y lo pone a disposición del usuario para que sea éste quién lo descubra y lo potencie con su imaginación. Es por ello que la serie, todo un fenómeno de ventas, con cuatro entregas numeradas e infinidad de expansiones, es una de las franquicias más vendidas de todos los tiempos a lo largo y ancho del planeta.

La cosa no termina aquí. Como adelantábamos en el inicio del artículo, Los Sims van más allá de ser un mero videojuego de entretenimiento. También es, como ya lo han demostrado algunos famosos a través de las redes sociales, un fenómeno con el cual expresarse de forma única: crear Sims reconocibles, personajes famosos, optar por mundos alternativos donde expresar realmente como somos o jugar con esa forma de ser que rechazamos en el mundo real pero que al mismo tiempo creamos en la vida digital. Todo esto da para mucho, mucho contenido, y, sobre todo, diversión. Y es, de hecho, la Generación Z la que ha recogido el testigo, utilizando los Sims como una extensión de su ser, comunicándose a través de la obra de Maxis y creando, casi sin quererlo, una nueva forma de expresión libre.

Las novedades que hacen de Los Sims un título transgeneracional

A partir de la propuesta inicial, el estudio se ha encargado de ofrecer una serie de expansiones que forman experiencias propias para todos y cada uno de los jugadores. Las nuevas sensibilidades del mundo y las formas de inclusión exigen a una obra tan expresiva como Los Sims actualizarse, y esto es algo que la desarrolladora hace y con gusto.

De esta manera y comenzando por lo más celebrativo, debemos decir que Los Sims, como serie, celebra su 21 aniversario añadiendo contenido creado por y para la comunidad. El cumpleaños se estrena con contenido creado por los creativos más influyentes de la serie, sin olvidar, por supuesto, que seremos nosotros, los jugadores, quienes podremos crear y re-crear contenido a partir del mismo.

Las nuevas expansiones de los Sims permiten crear mundos personalizados hasta el más mínimo detalle.

A partir de aquí comienza la transversalidad que hacen de Los Sims un título LGTBIQ+ friendly, en el sentido más accesible y sensible posible. La comunidad LGTBIQ+ queda representada perfectamente dentro del mundo virtual, potenciando historias de empoderamiento a través de personajes y creando historias que superan las lamentables y turbulentas barreras que nos encontramos en la vida real. Los Sims es un videojuego abierto y apto para todos los públicos, y en más de una ocasión nos gustaría ver la integración tan fascinante que encontramos entre los Sims del colectivo y los pertenecientes a otros en la vida real.

Las Sims Sessions, que no es otra forma que asistir a festivales musicales creados específicamente dentro del mundo del juego, es una de las formas más bellas de acercarnos a los eventos culturales más multitudinarios sin restricciones derivadas por la actual pandemia. La música, tan importante y energizante en nuestras vidas, ha sido una de las más maltratadas dentro del confinamiento, y la expresión artística, ya sea a través de la música o de la danza, es importantísimo a nivel energético. No debemos olvidar, nunca, que no tenemos un cuerpo, sino que, en realidad, somos un cuerpo. 

Por último, una de las expansiones que también encajan dentro de las infinitas formas de vivir es la expansión de Vida en el Pueblo. La urbe, la ciudad, la vida rápida… es generadora de neurosis para aquellos quienes no se adaptan al ritmo frenético de la metrópolis. En esto, no son pocos los jugadores que, antes de romper con el anonimato de la ciudad, hacen una primera prueba en Los Sims antes de adentrarse en la vida rural real. Ahora que la España Vaciada está pidiendo, casi a gritos, más gente joven, no sería descabellado imaginar cómo nos iría la vida en un pueblo virtual antes de romper radicalmente con todo.

Carátula de la cuarta entrega de Los Sims.

Y evidentemente son muchas, muchas las expansiones, historias y elementos creativos que podemos disfrutar con Los Sims. Como suele ocurrir con este tipo de proyectos, es la comunidad la que fomenta, participa y, finalmente, construye los mundos que persisten dentro de la franquicia. En este sentido, tanto el estudio como la comunidad mantienen un diálogo constante para integrar, de forma orgánica, las nuevas tendencias y necesidades de la vida real, algo que la generación más joven ha sabido transformar en expresión y que, esperamos, se contagie en el futuro a más creadores de contenidos y generaciones venideras. Los Sims, dos décadas después de su nacimiento, están más vivos que nunca.