Desde que Whatsapp llegó a nuestras vidas es muy raro recibir SMS. Sin embargo, los bancos o las empresas de mensajería siguen recurriendo a esta vía de comunicación. El problema es que el alto número de mensajes fraudulentos que los usuarios reciben en su día a día han hecho que los mensajes de texto generen un alto nivel de desconfianza.

Los delitos asociados a la ciberdelincuencia no han tocado techo. Según datos de la Fiscalía General del Estado, los últimos disponibles, en 2020 los procedimientos judiciales abiertos por estas causas se incrementaron en casi un 30 por ciento y se elevaron hasta los 16.900.

Uno de los métodos más utilizados por los delincuentes es hacerse pasar por una empresa o entidad que genere confianza en el receptor para lograr así que este proporcione datos personales, desde claves hasta números de cuentas bancarias. Para ello en ocasiones utilizan páginas web con un aspecto muy similar a las reales, por ejemplo la de un banco online, que soliciten contraseña para acceder. Esta técnica se conoce como 'smishing'.

Pero, aunque es cierto que los estafadores cada vez son más profesionales y perfeccionan más su técnica, hay algunas pistas que pueden ayudar al usuario a detectar que efectivamente se trata de una estafa. Aunque no hay que perder de vista que, ante la duda, lo mejor es ignorar el mensaje o incluso borrarlo.

Atención al remitente

Lo primero que debe hacer sospechar es conocer el número de teléfono del que procede el SMS. Lo siguiente que se debe hacer en ese caso es buscarlo en internet, ya que, en muchas ocasiones, los usuarios dejan constancia en la red cuando han tenido una mala experiencia con números fraudulentos. Además, si es de una empresa reconocida o de un organismo oficial también suelen ser fácilmente localizables. Si no aparece de ninguna manera, lo mejor es ignorarlo.

Análisis del contenido

Los fraudes suelen transmitir sensación de urgencia, entre otras cosas para que el que recibe el mensaje sienta presión y actúe de forma instintiva. Otra buena señal para sospechar es que estén escritos con faltas de ortografía.

Los links, vetados

No suele ser buena idea abrir los links adjuntos en un SMS. Ante la oleada de estafas, los bancos han repetido una y otra vez que jamás utilizarán este método para reestablecer contraseñas olvidadas o amenazadas por motivos de seguridad.

Avisa a la Policía

Ante cualquier sospecha de estar siendo víctima de estafa lo mejor es avisar a la Policía para que otros usuarios no caigan en la trampa.