La Nanotecnología es una ciencia de reciente aplicación que trabaja para la manipulación de átomos y moléculas con el objetivo de conseguir dispositivos cada vez más pequeños, ganando así en funcionalidad. No tenemos más que pensar en un reproductor mp4 o en un IPOD cuya capacidad de almacenamiento casi podemos decir que es inversamente proporcional a su tamaño. Pero éste es sólo el principio del camino porque el futuro nos habla de sensores que pueden instalarse en un reloj y que permitirán hacer un seguimiento en tiempo real de numerosos indicadores, como el índice de colesterol o los niveles de azúcar. El investigador del Instituto de Ciencia de Materiales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Pedro Serena Domingo imparte mañana una conferencia en Burgos sobre este tema dentro del ciclo de divulgación científica de Caja Burgos.

En declaraciones a DiCYT, Pedro Serena ha vaticinado que “el mercado de la Nanotecnología moverá dentro de 10 años, sólo en España, billones de euros”. Esta ciencia tiene como unidad base el nanómetro, que equivale a la milmillonésima parte de un metro, o lo que es lo mismo, a la millonésima parte de un milímetro. Una de las aplicaciones de la Nanotecnología con más proyección la encontramos en el área de la Medicina, en concreto, en la Biología. La Nanotecnología proporciona herramientas que permiten ver, en tiempo real, cómo funcionan los procesos biológicos. Es el caso del escáner, la máquina de rayos X o la ecografía. Pero todo esto va más allá. Se están diseñando tipos de sensores muy pequeños que algún día podrán integrarse en un dispositivo un poco más grande (como el reloj mencionado antes) que permitirán hacer un seguimiento de 30 ó 40 parámetros biológicos en tiempo real.

También hay un área relacionada con los nanomateriales, apunta Pedro Serena, que mejoran la resistencia de los materiales que se utilizan en implantes quirúrgicos, como en una rotura de cadera. Finalmente, la Nanotecnología descubre la posibilidad de practicar la liberación controlada de fármacos gracias a pequeñas partículas o pequeños dispositivos capaces de adherirse a las células enfermas y liberar en ellas la medicación. Para ello bastaría con introducir en una cápsula la molécula con las propiedades curativas, aquélla es una cápsula inteligente que viaja a través de la sangre y que una vez que detecta al enemigo (tejido enfermo) libera en él el fármaco.

Alternativas al silicio

Sin embargo, hay otras aplicaciones que llevan al campo de las nuevas tecnologías, en concreto, a la informática, gracias al descubrimiento de los nanotubos de carbono, uno de los materiales que está despertando más interés tanto en electrónica como en materiales de construcción. Los nanotubos de carbono son pequeños cables, unos aislantes, otros metálicos, de dimensiones nanométricas que se podrán utilizar para construir los futuros procesadores cuando las posibilidades del silicio se agoten. En este sentido, la denominada electrónica molecular abre otro campo de alternativas basadas en la Nanotecnología, para su aplicación en la construcción de ordenadores. “Sabemos que algún día el silicio, tal y como lo conocemos hoy, dejará de ser el elemento que se utilice en la fabricación de ordenadores, por lo que es conveniente ir buscando ya alternativas”, apunta el investigador del CSIC.

Trabajar con los átomos

El investigador Pedro Serena repasará en su conferencia los hitos de los últimos 30 y 40 años en el campo de la Nanotecnología, la capacidad que actualmente tenemos para manipular la materia atómica moviendo átomos y moléculas y la aplicación de estas técnicas a los procesos productivos. El primer nombre destacado en la historia de la Nanotecnología es Richard Feynman que ya en los años 50 reconoció que no hay ninguna ley física que nos impida manipular los átomos. El problema entonces, era que no se disponía de la tecnología para poder hacerlo. Fue en la década de los ochenta cuando dos investigadores, un suizo y un alemán, de IBM Zurich fueron capaces de generar los primeros microscopios que permitían la visión de los átomos. Esos mismos microscopios, con algunas variantes, se pudieron utilizar poco después para mover los átomos. Pero todo esto es tan sólo el punto de partida, y ya se piensa en aplicaciones que algunos podrían calificar de ciencia ficción. El químico Eric Drexler aseguró en los años 80 que si somos capaces de mover átomos, por qué no algún día tendremos pequeños robots (nanorrobots) que podrán construirlo todo a partir de los átomos, tal y como se haría en un juego de construcción.