El robot, de un único brazo articulado, copió los alrededor de 3,5 millones de letras que componen el texto, para lo que utilizó 700 mililitros de tinta y 900 metros de papel, indicaron Martina Haitz, Matthias Gommel y Jan Zappe, artífices del prodigio.

"En todo el mundo hay más de un millón de robots empleados por la industria, a nosotros nos interesaba la parte artística", indicó Zappe.

El trío de artistas empezó a desarrollar su robot en 2000 hasta que su "Bios Biblie" estuvo en disposición de copiar caligráficamente los 66 libros de que se componen el texto luterano, lo que le ha llevado siete meses.

A lo largo de todo este tiempo, el artilugio cometió dos errores, lo que significa que de alguna manera no es perfecto y, por tanto, tiene algo de humano.