Expertos reunidos en las I Jornadas Riojanas de Medicina Reproductiva apuntan a la criopreservación, la congelación de ovocitos, tejido, embriones o semen, cuando hay problemas oncológicos o en aquellas mujeres que desean retrasar su maternidad.

La Jornada, dirigida a profesionales especialistas en reproducción humana asistida, oncólogos y embriólogos, que acaba de reunir a 60 expertos en reproducción, ha estado coordinada por Juana Hernández, jefa de la Unidad de Reproducción Asistida del Hospital San Pedro de Logroño, quien ha indicado que "la criopreservación de la fertilidad utiliza una serie de técnicas reproductivas útiles cuando hay problemas oncológicos, en pacientes que deban someterse a tratamientos que puedan dificultar posteriormente la capacidad fértil".

Existen varias posibilidades de criopreservación: la de ovocitos, que consiste en realizar una estimulación ovárica para obtener un número elevado de ovocitos que se criopreservarán inmediatamente, para su utilización en el futuro, evitando así, por ejemplo, el descenso de fertilidad asociado a la edad.

La criopreservación de tejido ovárico; la de embriones, para la que se realiza un ciclo de FIV/ICSI obteniéndose embriones que se congelarán directamente para ser descongelados y transferidos al útero materno más tarde; y la criopreservación del semen, para pacientes que van a ser sometidos a un tratamiento oncológico, y que por edad aún no han considerado la posibilidad de tener descendencia, en cuyo caso se recomienda congelar varias muestras por paciente antes de iniciar los tratamientos oncológicos y aquellos que van a ser sometidos a ciclos de FIV/ICSI o de ovodonación, y que no podrán utilizar semen fresco.

Según ha asegurado la doctora Hernández durante la reunión, "tanto para criopreservación de ovocitos como para la de embriones es necesaria la estimulación ovárica con gonadotropinas". Otra de las aplicaciones de esta técnica es por "problemas sociales que no permitan a la mujer quedarse embarazada en la edad en la que se es más fértil; en este caso se criopreservan óvulos cuando la mujer es joven (preferiblemente antes de los 35) y estos óvulos se pueden utilizar cuando la mujer decida llevar a cabo su maternidad; la tasa de éxito aumenta al utilizar óvulos más jóvenes, aunque la mujer tenga una edad superior a los 40 en el momento de tomar la decisión".

Otro de los aspectos abordados fue el fracaso de implantación, muy debatido por los expertos en los últimos encuentros, pues se ha convertido en el caballo de batalla de este tipo de tratamientos.

"Aunque hemos pasado de tasas de embarazo por transferencia embrionaria de un 10-15% en los inicios de la técnica, a tasas entre el 35 y 60% en la actualidad, todavía nos queda saber por qué algunas parejas no consiguen embarazo. Está claro que las causas pueden ser embrionarias, pero en muchos casos el endometrio de la mujer puede tener mucho que decir", ha indicado Hernández.