Aunque en España aún no se dispone de datos concluyentes, los estudios realizados en países del entorno como Italia indican que el Covid-19 incrementa el número de casos de muerte súbita extrahospitalaria. Es decir, esos fallecimientos que se producen de forma repentina, en personas que aparentemente gozan de buena salud, y normalmente se deben a un paro cardiaco. En Italia han aumentado más del 50% desde que el virus llegó en 2020, en comparación con 2019.

Asimismo, un estudio publicado en la revista ‘Heart Rhythm’ demuestra una asociación moderada entre la tasa de de muerte súbita y los distritos de Nueva York con mayor porcentaje de pruebas de anticuerpos positivas.

Y es que el incremento podría deberse, según el diagnóstico del presidente electo de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), Julián Pérez Villacastín, a un conjunto de factores. Entre ellos destaca que la pandemia ha provocado, en muchas personas, un gran temor a acudir al hospital o al médico de familia, pese a que se tengan síntomas como dolor en el pecho, que podría ser indicativo de que se sufre una angina de pecho o un infarto. Con tal de no ser ingresados y aislados de sus familias, muchas personas aguantan en sus casas sin pedir ayuda.

Falta de oxígeno

A esto se suman afecciones “concretas” causadas por el covid. Por ejemplo, cuando provoca una enfermedad respiratoria muy grave, no llega suficiente oxígeno a los tejidos, incluyendo el corazón. “Si tienes alguna estrechez en las coronarias y cae le oxigeno bruscamente en la sangre y si a eso le añades la fiebre y otros problemas, que hacen que aumente la necesidad de oxígeno de los órganos, te encuentras con una descompensación tan importante entre aporte y demanda que se puede producir daños en el cerebro, en el miocardio, en los pulmones, donde se destruyen células, que los médicos llamamos necrosis. Eso podría llegar a un infarto, porque no le llega suficiente oxígeno”, explica el cardiólogo.

Además, el covid desencadena una serie de defensas que alteran al propio organismo, que pueden provocar microtrombos en pequeñas arterias e infartos leves. Es lo que se denomina inmunotrombosis, que también pueden generar un fallecimiento.

La trombosis

 A esto se añade la posibilidad de que se formen trombos grandes, normalmente en las piernas pero también en las venas abdominales, provocados por el covid y el reposo que provoca la fiebre y otros síntomas como el cansancio. “Cuando esos trombos llegan al pulmón, pueden taponar las arterias y también se pueden producir muerte súbita”, añade.

Asimismo, existe la posibilidad de que el coronavirus infecte al corazón, como también sucede con el virus causante de la gripe o de algunas gastroenteritis. “Pero es poco frecuente”, relata el especialista.

Los medicamentos

Por último, hay que tener en cuenta que los medicamentos que inicialmente se administraban a los enfermos graves, como la hidroxicloroquina, los antirretrovirales o la azitromicina, producen alteraciones eléctricas en el corazón y “podrían haber contribuido” al aumento de los fallecimientos inesperados pero, afortunadamente, “menos de lo que se preveía”. Además, como no se ha demostrado su eficacia frente al virus, apenas se usan ya.

Además, los pacientes están ahora mejor monotorizados en los hospitales que en la primera ola, por lo que Pérez Villacastín lanza un mensaje de “tranquilidad” e insiste en que, ante el mínimo síntoma, especialmente si se siente dolor en el pecho, mareos repentinos o palpitaciones, se pida ayuda profesional. Asimismo, recomienda llevar, más que nunca, una vida saludable y hacer ejercicio con regularidad, porque se tiene constancia de que las personas que hacen deporte sufren covid de forma menos severa.