Desde hace tres días las autoridades sanitarias comenzaron a aplicar medidas de restricción para frenar el número de contagios por el nuevo coronavirus SARS-Cov-2.

Las rutinas diarias se han visto completamente alteradas. Pautas de higiene como el lavado regular de manos, reducir desplazamientos o situaciones de aislamiento o cuarentena para preservar la salud física se están generalizando.

Pero, ¿qué pasa con nuestra salud mental y emocional? Situaciones como la crisis sanitaria que estamos viviendo generan siempre una gran incertidumbre y alarma entre la población. Empezamos a estar realmente preocupados por hacer lo necesario para evitar el propio contagio, y también la posible transmisión de la enfermedad a nuestro entorno más cercano.

A esto se suma la gran cantidad de información, no siempre bien transmitida o contrastada, que recibimos.

Miedo, ansiedad, insomnio, son algunas de las consecuencias del impacto emocional que esta crisis pueda tener en la sociedad. Y sin duda es otro elemento imprescindible que debe formar parte de la gestión de esta crisis.

El Colegio Oficial de Psicología de Madrid ha creado una guía para ayudar a afrontar de forma adecuada el impacto del COVID-19 en la salud mental, tanto de los pacientes ya infectados, como de los grupos de riesgo y de la población en general.

Es muy probable, según esta guía, que el impacto de la situación sanitaria actual en nuestra salud psicológica tenga alguno de estos síntomas:

? Nerviosismo, agitación o tensión.

? Incapacidad de pensar en otra cosa que no sea el coronavirus.

? Excesiva preocupación por el estado de salud de sus familiares, lo que se traduce en llamadas y mensajes frecuentes para preguntarles.

? Necesidad de recibir información continua sobre este tema.

? Dificultad para concentrarse en las tareas cotidianas o laborales.

? Interpretar sensaciones corporales normales como síntomas del Covid-19.

? En algunos casos incluso se puede producir un aumento del ritmo cardiaco, respiración acelerada, sudores o temblores sin causa justificada.

? Insomnio o dificultades para dormir.

Para reducir o manejar correctamente, todos estos síntomas, los expertos en psicología proponen algunas pautas de conducta y recomendaciones aplicables de forma general:

- Aunque parezca una obviedad, la primera es mantener una actitud optimista y objetiva.

- Buscar el apoyo familiar resultará de gran ayuda para compartir las emociones que estemos sintiendo con ellos.

- Es importante también evitar la sobreinformación. Si queremos estar bien enterados de todo lo que está ocurriendo con el nuevo coronavirus lo mejor es recurrir siempre a fuentes contrastadas (Ministerio de Sanidad, Colegios Profesionales Sanitarios, OMS…), incluidos los periódicos.

- Y, por supuesto, no compartir en redes sociales o por otras vías mensajes e informaciones no contrastadas u oficiales. Con ello estaremos ayudando también a la salud mental de los que tenemos alrededor.

- Otra cuestión fundamental es mantener, en la medida de lo posible, las rutinas diarias. Por ejemplo: establecer horarios para levantarnos o para comer, realización de ejercicios, o no descuidar el aseo diario. Y, por supuesto, no pasar todo el día en pijama. Todo ello nos ayudará a cuidar el equilibrio mental.

- Siempre que podamos, evitar que las conversaciones giren únicamente en torno al coronavirus.

- Y no olvidemos a los más pequeños. Si son los niños los que presentan algún síntoma emocional, o para prevenirlo, es importante hablarles de la enfermedad de forma realista adaptando el lenguaje a su nivel de comprensión. Y siempre sin mentirles.

Pero impacto emocional y psicológico del Covid-19 puede ser aún mayor, según el Colegio de Oficial de Psicología de Madrid, entre los grupos considerados de riesgo y los pacientes ya infectados por coronavirus.

Las recomendaciones y pautas para mayores, enfermos crónicos, y otros grupos de riesgo, son prácticamente las mismas que para el resto de la población, aunque conviene insistir en algunos aspectos.

- Lo primero es que deben seguir las recomendaciones y medidas de prevención que establezcan las autoridades sanitarias sin perder la confianza en ellas. Son los médicos y los científicos los que saben tratar y manejar de la mejora forma la infección.

- También es importante no quitar importancia al riesgo personal que corren con el objetivo de combatir la sensación de miedo a la enfermedad.

- Y tampoco es necesario magnificar el riesgo real que este grupo tiene. Deben ser prudentes, tomando las medidas preventivas aconsejadas, pero en ningún caso alarmarse.

- Deben afrontar que un posible escenario de aislamiento puede provocarles estrés, ansiedad, soledad, frustración, aburrimiento y/o enfado, junto con sentimientos de miedo y desesperanza. Mantenerse ocupado y en contacto con las personas cercanas es la mejor manera de amortiguar y prevenir estos sentimientos.

- Y lo más importante, crear una rutina diaria y realizar actividades de ocio o entretenimiento para las que habitualmente no hay tiempo. La lectura, las series pendientes o la consola olvidada en un rincón pueden ser una buena opción.

En cuanto a los pacientes que ya han recibido confirmación de que padecen el Covid-19, deben añadir a las medidas ya comentadas algunas cuestiones más.

- Intentar manejar los pensamientos más negativos o desagradables y no adelantar posibles consecuencias o desenlaces negativos.

- Ser realista y evitar caer en situaciones de alarma. La inmensa mayoría infectada por el coronavirus se está curando.

- Y ante la lógica sensación de miedo que puedan sentir, lo mejor es buscar apoyo en la experiencia que tengan en situaciones similares, por ejemplo, pensar en cuántas enfermedades ha superado en la vida con éxito.