Es temporada de gripe y se nota. Los picos más altos de contagio de esta enfermedad tan común de la época invernal están ahora a la orden del día. Mocos, tos, fiebre... son muchos los síntomas que llegan con este virus, aunque pocas veces sabemos si lo que estamos pasando es gripe o un simple resfriado.

Según el último informe del Sistema de Vigilancia de Gripe del Instituto de Salud Carlos III de la semana pasada, la tasa de incidencia de gripe seguía aumentando en España con 203,1 personas afectadas por cada 100.000 habitantes. Los anteriores siete días llegó a subir hasta un 179%. Entre un 10% y un 20% de la población sufre la gripe cada año.

La afectación de la enfermedad es tan alta porque se contagia de una manera muy sencilla. Con tan solo unas gotas de saliva expulsadas al hablar, toser o esturnador, o tocando algo que contenga el virus es posible infectarse.

Para conocer los detalles de cada uno de estas dolencias y que sepas cómo actuar, te detallamos las principales diferencias de ambas enfermedades:

- El goteo nasal es uno de los principales síntomas de resfriado pero no de la gripe. En este último caso la nariz suele estar despejada. Lo mismo ocurre con el picor de ojos. En el caso del resfriado es muy habitual, no así con la gripe.

- Uno de los síntomas más reveladores a la hora de diferenciar si se padece gripe o resfriado es la fiebre. Ésta es la señal inequívoca de que hay virus o incluso infección, por lo que el cuerpo trata de luchar contra él. Con la gripe suele aparecer la fiebre alta. Padecerla durante tres o cuatro días es lo normal, en caso contrario se debe estar alerta y volver al médico.

En cuanto al resfriado, puede aparecer fiebre y no muy alta, pero no suele ser habitual.

- Los dolores de cabeza fuertes son otro de los síntomas de la gripe. Durante el resfriado, al contrario, suelen darse en raras ocasiones. Algo que es contrario con los dolores de garganta, que son más frecuentes durante el resfriado.

- En cuanto a la tos, en el caso del resfriado suele ser muy productiva, cargada de mucosa. Durante la gripe, en cambio, se caracteriza por ser una tos seca, por lo que beber mucho líquido y contar con un deshumificador en la habitación ayuda a pasarlo.

Cómo aliviar los síntomas

Curarse bien, sobre todo en caso de gripe, es primordial para no tener problemas a la larga. Y aunque es totalmente cierto que la gripe o el resfriado hay que pasarlos, reforzar las defensas antes de que llegue lo peor puede ser una buena idea a la hora de prevenir males mayores.

Así pues, la primera señal de que algo pasa son los escalofríos. En cuanto notes esto puedes darte baños hipertérmicos como protección. Se llena la bañera hasta más o menos la mitad a 37º. Al entrar, se abre el grifo con el agua caliente al máximo hasta lo que se pueda aguantar. Hay que estar quince minutos e ir añadiendo agua caliente cuando se vaya enfriando. Al salir, envuélvete en una toalla caliente para no cger frío. Es muy importante no hacer esto si ya hay décimas de fiebre.

En este caso, cuando la fiebre ya se ha manifestado, se puede controlar bebiendo mucha agua y comiendo poco. En el caso de la primera opción hay que compensar la pérdida de líquidos por la fiebre ingiriendo grandes cantidades de agua o té. En cuanto a comer, la alta temperatura del organismo hace que se dificulte la digestión generando más toxinas que alimentan a los virus.