Con la entrada del año nuevo llega el momento de planificar nuestra lista de los propósitos que queremos cumplir en los próximos doce meses. Entre los deseos y objetivos más comunes suele encontrarse el de comenzar a hacer deporte. En esta época los gimnasios se llenan de personas que deambulan por las salas sin conocer todavía dónde se encuentra cada máquina.

Enero es un mes idóneo para comenzar a realizar ejercicio físico. Con el cierre de una etapa es momento de plantearnos hábitos saludables para hacer de nuestra vida algo mejor. Cuidar nuestro organismo y quemar esas calorías ganadas en las fiestas navideñas es un buen plan para afrontar 2020. Pero, muchos de los que se adentran en el apasionante mundo del deporte, no conocen algunas pautas que aquí te resolvemos.

Una de las dudas más compartidas es la de si se debe realizar ejercicio antes o después de desayunar. Lo cierto es que se trata de un dilema muy repetido y con opiniones contradictorias. Por un lado, se encuentran los que consideran esencial ingerir alimentos antes de practicar deporte para lograr un mayor rendimiento. Otros, en cambio, piensan que realizar ejercicio antes de desayunar favorece la pérdida de pesos. Entre todas estas opiniones, también existen estudios que apoyan un versión y otros la contraria.

Para aclarar toda esta diversidad de opiniones, cabe destacar que el mundo del ejercicio y del 'fitness' es un sector en el que juega un papel esencial los condicionantes de cada persona. Y es que, lo que para unos es una método infalible, para otros no resulta compatible.

Calidad, más que cantidad

Después de someter a nuestro organismo al ayuno más largo del día, no resulta muy recomendable realizar ejercicio sin haber ingerido nada. Los deportistas de élite, que cuentan con un cuerpo muy desarrollado y buscan sus límites, pueden encontrar beneficios en entrenar en ayunas. Pero las personas consideradas normales, no es realmente necesaria esta conducta. Con un desayuno adecuado y saludable podemos nutrir a nuestro cuerpo del combustible que necesita para afrontar una dura sesión de entrenamiento.

Lo más importante a la hora de llevar una vida saludable es mantener una rutina durante un largo periodo de tiempo. Debemos olvidarnos de las falsas expectativas que habitualmente nos venden. Los cambios en poco tiempo, si son posibles, suelen ser perjudiciales para nuestro organismo y poco duraderos. Por ello, es aconsejable mantener una dieta saludable no solo en el desayuno, en la comida y en la cena también.

Si entrenamos por la mañana, en un escenario ideal deberíamos ingerir los alimentos unas dos horas antes de la práctica de deporte. Sin embargo, esto es prácticamente imposible de lograr, por lo que se recomienda, al menos desayunar algo fácil de ingerir al menos media hora antes de ejercitarnos. Una pieza de fruta, como un plátano, o un yogurt que no sea muy graso puede ser una buena opción.

Después del ejercicio podemos realizar un desayuno más completo con alimentos que ayuden a la recuperación del cuerpo.