A partir de esta idea nace una nueva corriente: la medicina centrada en la persona, más allá de la enfermedad. Se trata de cuidar, además de tratar. De rehumanizar el sistema sanitario para proporcionar al doliente un proceso médico más cercano y amable.

La reflexión de los facultativos

Ponerse en el lugar del otro ayuda a visualizar la realidad. Es lo que le ocurrió a un grupo de facultativos del Colegio de Médicos de Barcelona, quienes se vieron obligados a colocarse al otro lado de la mesa. Diversas enfermedades graves los postraron en una cama de hospital. Fue durante ese enclaustramiento cuando cayeron en la cuenta de que el sistema era mejorable. No en lo referente a los diagnósticos y a los tratamientos, sino a la atención al paciente y a la disposición de un entorno que le resulte confortable. Y es que, el engranaje sanitario está diseñado para cumplir con los procesos, pero no se centra en mimar al protagonista y en cuidar de su comodidad.

La iniciativa Janus, que así se denomina el grupo formado por estos médicos, no es la única en España que trabaja para impulsar esta tendencia. Numerosos hospitales ya han puesto en marcha estrategias para instaurar prácticas humanizadoras que repercuten de manera positiva en el estado de salud del enfermo y con ello, en su curación.

Clínicas diseñadas para curar pacientes

En este sentido, el Hospital Universitario Virgen del Rocío, en Sevilla, tiene en marcha un Plan de Humanización con una veintena de medidas que se implantarán de manera progresiva durante los dos próximos años. Entre estas, se incluyen mejorar el plan de visita para el acompañamiento de los pacientes, crear espacios individuales, adecuar la lencería para que preserve mejor la intimidad y comodidad de los pacientes ingresados.

Además, se promoverá el descanso como terapia, se extenderá la solicitud de dietas personalizadas a través de las pantallas táctiles instaladas en las habitaciones y se potenciará la luz natural.

La humanización también ha calado en otros hospitales como el Clínic de Barcelona. Aquí la experiencia del paciente se mejora acudiendo al diseño y a la arquitectura. La incorporación de mesas redondas para las consultas es un cambio sencillo, pero necesario. De esta forma, se eliminan las barreras de las mesas cuadradas y el médico puede dar una palmada al paciente en la espalda. Ese acercamiento resulta terapéutico.

Los familiares como parte de la estrategia

En este centro también podemos ver techos temáticos en la UCI de Hepatología. Además, se tiene en cuenta a los familiares del enfermo. Para ello, las salas de espera cuentan con pantallas donde se indica si ya ha finalizado la operación o si la persona se encuentra aún en reanimación. Por otro lado, el Clínic incluye enchufes de recarga de móviles en urgencias. Saber que sus seres queridos están entretenidos durante su consulta permite que el paciente se sienta aliviado. Y esto también forma parte de su bienestar.

El descanso y la atención a domicilio

Las conversaciones entre los médicos, las llamadas, los timbres... Cada ruido dificulta el descanso del paciente en los casos de hospitalización. Su reducción, especialmente durante la noche, resulta primordial para solucionar este inconveniente. En el hospital sociosanitario Pere Virgili de Barcelona ya han tomado nota de esta dificultad. Ahora, no solo evitan los ruidos mencionados, sino que las labores de enfermería se agrupan para entrar menos veces en la habitación. Mientras, en otros hospitales como en La Princesa de Madrid se lleva la farmacia hospitalaria al hogar del paciente.

La implantación de la humanización en el sistema sanitario no ha calado con idéntica fuerza en todo el país. Pero es cierto que paulatinamente se van aplicando más estrategias centradas en el cuidado de los pacientes. La corriente que apuesta por la atención más allá del tratamiento ha llegado para quedarse.