La verdad es que, muy a nuestro pesar, se puede ser alérgico a muchísimas cosas de nuestro día a día que nos gustan. Y además de cosas inimaginables. Por otro lado, esto puede suceder de repente. De la noche a la mañana te puede ocurrir que vayas a tomarte un helado, o una gamba, y te aparezca una reacción alérgica que nunca antes te había sucedido.

En este sentido, desde la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), el doctor Pedro Ojeda precisa que una persona no puede ser alérgico al alcohol, entendido como la molécula 'etanol'. Ahora bien, el experto sí puntualiza que la persona puede ser alérgica a la cerveza por una sensibilización a las proteínas de la cebada, del trigo, o del lúpulo, por ejemplo.

"Se han descrito casos curiosos de alergia al vino por sensibilización a las proteínas del huevo, ya que antes se solía usar clara de huevo para clarificar el vino, o por ser alérgico al veneno de los himenópteros al quedar contaminado el vino por restos de avispas presentes en el proceso de triturado de la uva", señala el especialista.

A su vez, el miembro de la SEAIC indica que existe un cuadro clínico no alérgico, que se denomina 'histaminosis no alérgica', en el que el alcohol inhibe la función de una enzima intestinal, la 'diaminooxidasa', que se encarga de la degradación de la histamina intestinal.

"Si esta enzima es deficitaria, y además queda inhibida por el alcohol, la persona que sufre este trastorno puede manifestar síntomas pseudoalérgicos al consumir alcohol, como picores de la piel, enrojecimiento, o dolores abdominales", señala.

Además, Ojeda advierte de que existe la intolerancia a los sulfitos, que son aquellos clarificantes y conservantes que se emplean en la elaboración de muchas bebidas alcohólicas, especialmente como es el caso de los vinos y de los destilados.

No obstante, el alergólogo resalta que, si se trata de una alergia verdadera a proteínas de alimentos elaborados para elaborar una bebida alcohólica, lo normal es que uno no se haga alérgico desde la primera toma. "En el caso de la histaminosis no alérgica, los síntomas pueden aparecer con el primer contacto, aunque suelen ocurrir en personas de mediana edad en adelante", sostiene.Posibles síntomas

Entre otros síntomas de la alergia al alcohol, el doctor Ojeda subraya que en el caso de una alergia verdadera a las proteínas de alimentos usados en la elaboración de una bebida alcohólica, los síntomas pueden ser diversos, desde un simple dolor abdominal, hasta el enrojecimiento o las ronchas por la piel, el picor cutáneo, o una anafilaxia.

"Hay que diferenciar los síntomas cutáneos del enrojecimiento facial y del escote, o de la rinitis que puede causar el etanol por un puro mecanismo farmacológico de vasodilatación. En el caso de una histaminosis no alérgica, los síntomas suelen ser enrojecimiento de la piel, picor cutáneo, y a veces migrañas o resaca", apunta el experto de la SEAIC, al mismo tiempo que añade que en el caso de una intolerancia a los sulfitos, los síntomas suelen ser de rinitis y de asma.

Sobre cómo resolver esa alergia al alcohol, si existe tratamiento, el doctor Ojeda advierte de que si se trata de una verdadera alergia a las proteínas de los alimentos empleados para la elaboración del alcohol o de contaminantes, no queda más remedio que la evitación.

"Para el tratamiento de la histaminosis no alérgica se recomienda evitar bebidas alcohólicas. Hay productos a base de diaminooxidasa exógena que ayudan a paliar la situación. En el caso de la intolerancia a los sulfitos, se pueden tomar bebidas alcohólicas en las que no se hayan añadido sulfitos", concluye el experto en Alergología.

Por otro lado, la Clínica Mayo estadounidense añade que en el caso de que se trate de alguna reacción leve al alcohol, los antihistamínicos de venta libre o recetados pueden ayudar a reducir los síntomas, como la picazón o la urticaria.